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Chapter 6 - Capítulo 6: “Si no te metes en mis asuntos, te soportaré como compañero"

Marta trabajo con todo el esmero que pudo hasta mediodía. A las 12 iva a salir a almorzar, pero antes de que pudiera salir del edificio, el jefe Salazar la retuvo le dijo:

- Señorita Díaz, esperé un momento, debe conocer a alguien, será su compañero de trabajo de ahora en adelante y compartirán su oficina.

Marta puso una mueca de disgusto e iba a objetar la decisión del jefe Salazar, pero antes de que pudiera decir algo, él la interrumpió con un movimiento de la mano y le dijo:

- Ya sé lo que usted está pensando, pero esta decisión fue tomada para que el proyecto, que usted no ha podido terminar, avancé rápidamente, la empresa no se puede dar el lujo de dejar que el proyecto se siga aplazando, espero que lo entienda. Además, ésta no fue una decisión que sólo yo tomé, también fue tomada por los contribuyentes... los inversores de la empresa, así que es irrevocable... no dudo de su talento, Señorita Díaz, pero esto ya llegó a afectar a grandes rasgos la producción de la serie, las grabaciones están paradas debido a su retraso, los directores no están dispuestos a seguir con esto, es por eso que han contratado otro guionista para que trabaje con usted... Su nombre es Miguel Botero, es un nuevo talento en el mundo de la literatura... Ojalá usted se diera el tiempo de conocerlo e intentar que su trabajo juntos funcione.

El director Salazar se detenía a hacer pausas frecuentemente para detallar la reacción de Marta, sabía que sus reacciones tendían a ser explosivas por su fuerte carácter, pero también sabía que ella sabía mantener una actitud profesional, al menos por un tiempo prudente. Marta reflexionó sobre lo que acababa de decir el director Salazar y después de un tiempo respondió con una actitud despreocupada y tranquila, claramente actuada:

- No se preocupe, sabré sobrellevar las cosas con una actitud profesional, le aseguro qué puede confiar en mí.

El director Salazar soltó un suspiro de alivio y después de analizar una vez más el rostro de Marta le dijo:

- Confiaré en usted... vaya a almorzar, después del almuerzo le presentaré su nuevo compañero... con su permiso, tengo un asunto importante que atender.

"¡Ja! como si un compañero mejorará mi estado de ánimo para escribir, eso sólo va a empeorar la situación" pensó Marta bastante irritada mientras se dirigía a un restaurante cercano a la oficina.

Después de almorzar, Marta regreso a su oficina, se encontró con que en ella habían puesto otro escritorio y otro PC sobre él, respiró profundamente para calmarse y camino como si nada a su escritorio. Cuando ella se acomodó entró el jefe Salazar, con un joven bastante apuesto detrás de él, se dirigió a Marta diciendo:

- Señorita Díaz, le presento a su nuevo compañero, el señor Miguel Botero

Marta se comportó respetuosa y profesional, se levantó de su silla y le dio la mano al señor Botero diciéndole:

- Es un placer conocerlo.

- Igualmente - respondió él.

- Bien - intervino el señor Salazar - parece que os vais a llevar perfectamente... Entonces continuaré con mis deberes y ustedes con los suyos, los veo luego.

El señor Salazar salió de la oficina dejando a los dos guionistas solos frente a frente Miguel miró a aquella chica frente a él, parecía joven pero muy madura para su edad, era hermosa y aunque llevará puesto algo conservador era como si inconscientemente lo estuviera seduciendo, él no pudo evitar desnudarla con la mirada aunque sabía que ese no era un comportamiento decente.

Al darse cuenta de lo que estaba haciendo aquel hombre, Marta hizo una mueca de desprecio y le dijo en tono amenazante:

- ¿Qué estás mirando?

Miguel casi tuvo miedo de aquella mujer al ver su cambio de ánimo repentino, pensó que su cara asustaria hasta al mismo demonio, se puso rojo de vergüenza al darse cuenta que la mujer había notado su mal comportamiento.

- Nada... sólo pensaba que trabajar con usted será interesante - dijo el con un poco de timidez.

- ¿Te gusta meterte en los asuntos de los demás? - pregunto Marta en un tono tan frío que podría congelar un desierto.

- ...mmm...no - respondió el con un tono de voz que hacía ver qué empesaba a tener miedo.

- Bien... si no te metes en mis asuntos, te soportaré como compañero - dijo ella en un tono menos frío, pero no cortes, y no volvió a dirigirle la palabra a Miguel el resto del día.