Llegaron a la Mansión Gris y Sei la cargó en sus brazos de nuevo, como una princesa. "Así es como se siente cuando el recién casado carga a su esposa al nuevo hogar después de la boda, ¿ah?", ella pensó.
Su aura de alguna manera volvió a su forma apática usual, sin embargo, Davi podía sentir que algo había cambiado definitivamente. En ese momento, ella pensó como que la atención de Sei estaba más enfocada en ella como nunca antes e hizo que la cara de Davi se sintiera un poco caliente y se sintió un poco deleitada.
Tan pronto entraron al gran salón, él la puso en el sofá y les pidió a las sirvientas que hicieran inmediatamente comida para ella, sin dejarla de lado como que si la mirara en el caso en que ella obstinadamente se forzara así misma a caminar.
Después de su comida, Davi miró fijamente al hombre parado a su lado y notando su mirada, Sei habló—Habla.
—Quiero tomar un baño— expresó Davi y al haberla escuchado, Sei se paró, y la llevó sin retraso y comenzó a caminar hacia las escaleras mientras la cargaba en sus brazos.
Davi por otra parte estaba un poco sorprendida, ya que él no les pidió a las sirvientas que los siguieran.
—¿Puedes decirles a las sirvientas que me acompañen? Me temo que pueda provocar que mis pies sangren de nuevo si…
—¿Por qué? ¿Prefieres más a las sirvientas que a mí?
Como si el tiempo estuviese detenido aún, Davi se congeló en sus brazos por un largo rato. Sus largas y rígidas pestañas se agitaron y pareció que su cerebro se apagó por un momento. Cuando ella finalmente volvió a la realidad y se dio cuenta de lo que él había dicho, Davi no supo cómo reaccionar o qué decir, como una descarga que se acumula desde su cuello a su rostro como si toda su sangre subiera hasta su cabeza. ¿Q…q..qué fue lo que acaba de decir? ¿Está este hombre acaso consciente de cuán pervertido suena ahora?
Ella estaba perdida en qué decirle y mientras Davi se rompía el cerebro por lo que iba a decir o hacer después, una repentina explosión de carcajadas sonaron fuerte desde abajo que hicieron que Sei se pausara de inmediato.
—Pfff. ¡Jajaja! Los oídos agudos de Zaki escucharon de casualidad las palabras de Sei y no pudo evitar reír sin importar lo mucho que intentó no hacerlo.
Sin embargo, al haber escuchado al sonriente hombre bajo las escaleras, Sei tan solo lo ignoró mientras continuaba caminando indiferentemente, como si cualquier mosquito hubiese hecho una escena absurda.
En ese mismo momento, la risa de Zaki de alguna manera atravesó los pensamientos aturdidos de Davi, trayéndola de vuelta a sus sentidos. Su cerebro comenzó a funcionar normalmente de nuevo, aunque ella aún estaba ruborizada intensamente, y comenzó a reconsiderar un montón de cosas. Ella sabía que no había nada malo con que él quisiera ayudarla a tomar un baño ya que técnicamente él es su esposo, y más importante aún, esta podría ser una oportunidad para ella para ver cómo reaccionaría hacia ella en ese tipo de situaciones. Pensó que esta podría ser la oportunidad no planificada que ella había estado buscando.
Pensando en estas ventajas, estaba a punto de considerar prepararse mental y emocionalmente, pero cierta posibilidad, como un gran monstruo que estaba enérgicamente destruyendo su solución, se le pasó por la mente. ¿Qué pasa si fallo? ¿Qué pasa si aun estando desnuda no reacciona? ¿Acaso no terminaría siendo una forma muy letal de golpe para mí? ¿Podría incluso encararlo apropiadamente después de semejante gran y embarazoso rechazo?
En ese momento, Davi miró confundida y perdida. Ella no podía decidir qué camino debía tomar. Una parte de ella aún quería intentarlo. Sin embargo, pensó en su plan original. Se suponía que lo haría lentamente y cortejarlo primero antes de saltar sobre él. Su plan original era uno donde ella solo haría este tipo de seducción cuando la probabilidad de su éxito habría alcanzado el nivel más alto. No quería sacrificar sus planes por apostar a una euforia del momento. Sin embargo, ella estaba tan curiosa como un gato que su curiosidad estaba picando como si la estuviera arañando.