Más tarde esa noche, estaban terminando de cenar cuando Sei le dijo que iba a dejar a YiJin como su guardaespaldas y que iba a ir con ella a donde fuera desde ahora.
—Quieres decir, ¿incluso cuando voy donde mi hermano y me quedo allá? —le preguntó.
—Puedes dejarlo afuera —respondió, ella tosió levemente. De alguna forma, Davi se dio cuenta de que cuando Sei hablaba de cualquier otra persona que no fuera ella, parecía volver completamente a su tono frío y sin corazón.
No fue eso lo que quiso decir realmente, ¿verdad? ¿Cómo iba a dejar a un chico tan lindo como él afuera, en el oscuro y frío vestíbulo, completamente solo?
Una hora después, era el momento que Sei se fuera. Davi solo observó con intensidad a Sei, ya que no podía hacer su movimiento de bésalo y corre, por su lesión.
—Me voy —dijo él, le dio la espalda y se encaminó para irse, como si nada.
Davi estaba sentada en el salón, viendo su espalda cuando habló de repente.