Sentí que las cadenas habían sido ablandadas, sonreí para mis adentros.
Empecé a escuchar voces que estaban acercándose. Hasta sentí como una"gentil" mano acariciaba mis mejillas y abría mi boca para ver el daño que me había provocado.
No esperaba que me curaran tan rápido, no se me había pasado por la cabeza que era un bien apreciado que no debería dañarme. Algo contradictorio a lo que estaban haciéndome.
Después de haber aplicado un coagulante y de haber limpiado las comisuras de la boca, sentí como me escupió su aliento a tabaco.
Era un asco.
Habían dejado de hacer lo que estuvieran haciendo. Permanecí quieta por varios momentos del día y del día siguiente.
Nadie volvió a verme, ni atarme para seguir experimentando conmigo.
Sonreí abiertamente. Mi plan de haberme desmayado había funcionado a la perfección.
Mis miembros habían salido de la misma posición en la cual habían estado, y lo primero que hice fue estirarme como un gato que recién se despierta y se estira.
Mis ojos pasaron toda su vida en la oscuridad, por lo que no había problema de ver a través de ella. Es más, me gustaba quedarme en la penumbra. Con ellos inspeccione la sala-torturadora, buscando alguna anormalidad que me permitiera salir de ahí ilesa.
Justo de la tabla de tortura, por arriba, había una rendija de ventilación y sonreí.
Antes de subir, de mi bota saque mis herramientas que nunca salía de casa sin ellas. Era un pequeño y muy práctico destornillador, puse de nuevo el escondite y eso fue lo único que me asombró del hecho que no me hayan sacado y puesto otra ropa.
Me encogí de hombros, quitándole importancia al asunto.
Me subí y empecé a hacer equilibrio para no caerme mientras empezaba a sacar los tornillos de la puerta de la rendija. Me los colocaba en la boca, para evitar hacer un ruido que me delatara.
Una vez que termine de hacer eso, empecé a subir usando mis codos como palancas para entrar. Mi sonrisa se ensanchó más, una vez que ya había entrado, me volví y empecé a colocar nuevamente los tornillos.
Avance despacio, paraba cuando escuchaba pasos cerca de mí, y esperaba que ese molesto ruido se fuera para continuar con el avance.
Llegué a lo que sería la salida del complejo y volví a repetir la operación que había hecho antes de haber entrado.
Cuando saque la puerta, y saque la cabeza para inspeccionar el lugar. Me dí con la novedad que era un barranco, aspire con fuerza y salí hacia afuera y empecé a caer.
Al final del barranco daba a un poderoso cause de un río y me dejé llevar por la fuerza del agua. No importaba si al final moría ahogada, lo único que importaba era que ya no estaba ahí.
-- Señor, ella a escapado-- anuncia alguien y estaba aterrado por la actitud que podría tener su superior.
-- Encuentrenla, no deben dejarla escapar-- tira un disparo contra la pared, no había previsto eso.