Emilia estaba postrada en el piso. El silencio reinaba en la habitación. Esperaba la respuesta de Astalris.
El niño la miraba curiosamente, Emilia sentía que su mirada la atravesaba, no había nada que pudiera ocultar, se sentía desnuda ante los ojos de Astalris.
De repente Astalris rompió el silencio, -"¿Qué crees que es lo más importante en alguien que intenta alcanzar la cima? El poder que buscas no es el camino natural de la vida, va en contra de los cielos, por ello deberás luchar contra ellos. ¿Qué crees que es?"-
Muchas cosas pasaron por mente de Emilia, -"¿Dinero?, ¿Talento?, ¿Guía?, ¿Alguien que te respalde?"-
Tras un momento de meditarlo respondí, "-¿Talento? ¿Un buen maestro?"-
Astalris movió la cabeza de forma negativa y se levantó de su asiento. Se acercó lentamente hacía Emilia y habló, -"Tú talento es decente, pero no es nada espectacular. En el transcurso del tiempo miles de genios han nacido con talentos inigualables, fueron instruidos por Emperadores y Dioses, pero muy pocos alcanzaron la cima. Otros tenían grandes clanes ancestrales y Imperios de primer nivel que los respaldaban, pero de igual manera fracasaron en la búsqueda de poder y su lucha contra los cielos."-
Luego de una pausa continuo, -"Lo más importante es una voluntad inquebrantable. La voluntad es lo único que te sostendrá en tu largo camino. El esfuerzo que pongas, los sueños que tengas, tus acciones y decisiones, todo sera sostenido por tu voluntad. No importa que tan mediocre sea tu talento, que tan escasos sean tus recursos o quién te llegue a enseñar, sin voluntad te resquebraras en la lucha. Las tentaciones, los placeres terrenales, los arraigos materiales, sin voluntad sucumbirás y perecerás en tu búsqueda."-
Astalris miro al cielo nublado y mientras parecía recordar algo muy lejano empezó a relatar, -"En antaño en la era conocida como la generación de las estrellas, nació una pequeña niña, tenía los ojos de color celeste y brillaban como gemas, su belleza era incomparable en términos mortales, pero lamentablemente nació en la real miseria, una que nunca te podrás imaginar. Un día un elfo que recorría el bajo mundo de la ciudad en la que vivía la encontró peleando con un perro por un trozo de carne, quedó fascinado con el color de sus ojos y decidió ayudarla.-"
"Aquella niña creció con la ayuda del elfo y con el tiempo emprendió su camino a la cima, tenía una buen talento, pero no el más excepcional en dicha era. Hay que recordar que es la misma era que vio nacer a genios como el Emperador Carmesí o La Matriarca del Clan de los Sin Nombre, en esa era los genios y prodigios nacidos eran tantos que cubrían el mundo como estrellas en el firmamento y la competencia por el Nivel Dios era digna de leyendas.-"
"-Entonces la pregunta fue, ¿Cómo Rhodena llegó al Nivel Dios y el restó de su generación fallo, aún cuando muchos de ellos la barrieron el suelo con ella hasta el punto de humillarla?-", preguntó calmadamente Astalris.
El rostro de Emilia mostró un inmenso asombro, no creía que hubiera alguien que no conociese el nombre de Rhodena Leidith, la Emperatriz De las Estrellas, apodada así por obtener la victoria en la generación de las estrellas al alcanzar el Nivel de Dios.
Las leyendas cuentan que en su ascenso extraños fenómenos cubrieron el mundo, el mismo cielo expreso su conformidad. Incluso si hubiese habido Emperadores o Dioses presentes, estas no se atreverían a acercarse, solo podrían postrarse desde lejos. Las leyes del mundo se postraban a su pies y los cielos expresaban su voluntad. Su presencia deslumbraba a los mortales y bajo su resplandor todo lo demás se volvía irrelevante y caría de color.
Pero Emilia jamás pensó que el origen de la temible Emperatriz Rhodena fuera tan humilde, los únicos registros históricos y leyendas narraban las montañas de cadáveres y ríos de sangre que dejaba tras el campo de batalla y sobre su lucha contra los otros Emperadores de aquel momento.
Y en efecto muy pocas personas conocían los orígenes de Rhodena, pero no había otra persona en el mundo que podría conocerla mejor de Astalris, dado que aquel elfo había sido él hace cientos de milenios.
Ante el silencio de Emilia y la incapacidad de responder, Astalris respondió finalmente su pregunta, -"La razón es que Rhodena nunca se rindió, desafió a cada uno de los genios de aquella era y aún en la derrota su voluntad nunca se quebró, del suelo ella se levantó y continuo su lucha. Con una voluntad así, estaba escrito que alcanzaría la cima solo era cuestión de tiempo. Todas las tentaciones llegaron a sus pies para impedir su ascenso, poder, fama, orgullo, vida eterna, pero nada pudo obstruirla, con sus propias manos se abrió paso y alcanzó la cima"-
La respuesta resono en la mente de Emilia y tras meditar profundizo lo comprendido, con ello algo en ella cambio, en sus ojos un nuevo resplandor nacía.
Astalris miro complacido, la chica había entendido.
-"No me encuentro buscando discípulos actualmente, pero tengo un puesto vacante para una doncella, ¿Te gustaría acompañarme?-", preguntó Astalris.
La proposición tomó por sorpresa a Emilia, era claro que la posición de doncella no era algo tentador. Si continuase con sus estudios en la academia con su talento era muy probable que alcance el Nivel de Mago Avanzado, un rango respetable en su ciudad. Y bajo ese precepto ningún Mango de Nivel Avanzado estaría dispuesto a ser trabajar o hacer el papel de doncella para alguien, menos para un niño.
Pero Emilia en el fondo sabía que si rechazaba la propuesta se arrepentiría el resto de su vida, no quería ser una rana sentada en el fondo de un pozo, incapaz de ver más allá de sus limitaciones. Quería salir, ver la inmensidad del mundo y los frutos que esté ofreciese.
"-Sería un honor para mi su señoría."- dijo Emilia respetuosamente mientras volvía a agachar la cabeza.
"-Perfecto, puedes levantarte. Desde ahora te referirás a mi como joven maestro, señoría me hace sentir viejo, ¿No vez que solo tengo ocho años?"-, río Astalris.
Emilia quedó estupefacta un momento pero rápidamente se repuso y sonriendo dijo, -"Entiendo joven maestro."-
-"Ahora venga sácate la ropa vamos a comenzar."-, dijo Astalris tranquilamente.
La cara de Emilia se puso roja, entendía que al ser la doncella de Astalris tendría que hacer diferentes labores y servicios para él, pero nunca espero que estos incluyesen servios de cierta índole, en especial cuando Astalris tenía ocho años, -"¿No es un poco temprano? ¿Será sano?,- pensó en su mente mientras entraba en pánico.
Al ver la cara roja de Emilia, Astalris rompío a carcajadas y dijo, -"¿En que estás pensando pervertida? Vamos a desbloquear todos tus circuitos mágicos necesito ponerte agujas en la espalda, tienes que estar descubierta. Ademas soy un niño de ocho años, o ¿Será que te interesan los menores?"-, dijo burlonamente mientras hacia un gesto como si se horrorizase.
La expresión de verguenza en la cara de Emilia se desvaneció y fue reemplazada por una de enfado, "-Hmn! Tienes prohibido espiar pervertido."-
Astalris río y empezaron con la limpieza de sus circuitos mágicos, finalmente Astalris le dio un cristal de memoria y la mando a reclusión hasta que domine la técnica.