(POV de Aeris)
Las personas en la casa se encontraban ajetreadas, especialmente Aeris y Krenalis. Era el esperado día del cumpleaños había llegado.
Como era costumbre realizaron una pequeña fiesta, invitando a familiares y amigos cercano. Sin embargo, planearla no era algo sencillo, en especial para dos padres inexpertos, en especial cuando su primogénito había aprendido ha caminar hace unas semanas y no paraba de correr por toda la casa.
-"Dios mio Krenalis, no hay forma que Astalris se canse"- suspiró Aeris. Durante los días pasados habían esta intentando que Astalris se agote para que pudiese dormir y ellos pudieran avanzar con los preparativos para la fiesta, pero contra todo pronostico el niño pareciera que nunca se agotaba, saltaba, corría, cargaba cosas y era muy curioso.
-"Todos los niños son a su edad así, tenemos suerte que nuestro hijo sea tan activo y curioso, eso demuestra que tendrá una gran habilidad física. Es mejor que esos niños vegetales que se la pasan solo llorando y durmiendo."- dijo sonriendo Krenalis reflejando orgullo en sus ojos por su hijo.
-"Quizás tengas razón, ademas ha aprendido a caminar rápidamente, nunca lo ví gatear. ¿No sería genial que fuera un genio?- continuo Aeris complacida, mientras observaba como su hijo volvía a subir las escaleras.
-"Aunque no lo sea, sé que será un chico muy intelegente, como su padres, será el mejor herrero de la ciudad alguna día"- río estrepitosamente Krenalis.
-"¿No habíamos optado esperara a que crezca para que él decida la profesión que aprenderá? Quizás quiera ser guerrero, si tiene talento podría ingresar a la academia real y pertenecer a la guardia real, creo que podía hablar con el duque y conseguir una recomendación"- añadió Aeris con una mirada seria.
-"Ehh.. Ya veremos cuando crezca, pero solo digo que ser herrero es una profesión más segura"-, menciono indiferentemente Krenalis mientras sostenía una bandeja de comida y la llevaba a otra habitación. No parecía que abandonaría fácilmente el sueño de que su hijo sea herrero.
Aeris suspiro para luego reír mientras cogía una escoba y empezaba a barrer el lugar.
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Mientras tanto Astalris quería morirse.
"Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh"-, gritaba en su mente.
La vida era tan injusta, tenía que lidiar con su pequeño cuerpo de bebe y básicamente no podía hacer nada. La única solución que obtuvo era la de fortalecerlo lo más rápido posible, para ello empezó a correr diariamente y hacer todos los ejercicios que su cuerpo le permitiese y pasasen desapercibidos por sus padres. No podía empezara entrar artes marciales ni técnicas de respiración porque su madre lo notaría inmediatamente y ya que aún era un niño de un año de edad, la privacidad era lo que menos tenía.
Lo peor de todo era que su cuerpo empezaba a afectar su mentalidad, Astalris había vivido casi 900 000 años, su experiencia y conocimientos lo hacía uno de los seres más racionales del mundo, casi nunca había actuado por impulso y siempre analizando las situaciones con calma.
No obstante, su nuevo cuerpo empezaba afectarlo, recientemente se empezaba a sentir extremadamente irritado por momentos y le daba mucho sueño.
Para el gran emperador esto significaban una gran humillación, Asltalris había sido amo de sus sentimientos y necesidades, pero ahora ellas lo abrumaban y no había forma de controlarlas.
Estaba aterrado de los cambios emocionales y físicos que tendría que volver a sufrir. -"Maldita pubertad, espero que mi cuerpo evoluciono de manera normal y conserve mis hermosos rasgos , sino tendré que remodelar yo mismo este cuerpo-". pensó mientras maldecía a todos.
Pasaron las horas y llegó la tarde. Los invitados empezaron a llegar, consistían en familiares cercanos, algunos amigos de su padre y de su madre. Inesperadamente el Duque Alfred Sabino hizo acto de presencia por un breve momento, saludando a la pareja de esposos y sonriendo a Astalris. Dejó un presente que consistió en una pequeña espada, que Asltaris pudo deducir a simple vista que estaba hecha de madera antigua, de muy buena calidad.
El duque expresó que teniendo una madre como Aeris era muy probable que heredara sus habilidades de combata y dado que era muy pequeño para utilizar un arco, una espada serviría como inicio cuando tuviese la edad de aprender artes marciales.
La pareja agradeció el presente y despidieron al duque en su carroza. Era evidente que mantenían una buena relación con el duque. Aeris había sido ascendida a capitana de la guardia personal del duque y Krenalis era el jefe herrero de la nueva facción que estaba a sus ordenes.
La fiesta se celebró con normalidad, Astalris fue contra su voluntad abrazado y besado por muchas personas, pero dada las circunstancias tuvo que sufrir en silencio muerto de vergüenza.
Al terminar Krenalis y Aeris despidieron a los invitados para proceder a limpiar la sala. Luego dejaron a Astalris en su nuevo cuarto para que durmiese y tras lo que a los ojos de Astalris pareció un horribles coqueteo se apresuraron a su propio cuarto a continuar con la celebración.
Asltaris no tenía intención de escuchar los ruidos de sus padres intentando hacerle un hermanito. Tomo asiento en su cama y aprovechando el lapso de privacidad que la noche le ofrecía y empezó a meditar, recolectando mana del ambiente y distribuyendolo por su cuerpo para fortalecerlo.
Esta técnica era conocida como Reestructuración Divina, una técnica extremadamente compleja y secreta que consistía en trasladar el mana a través de todos los circuitos mágicos del cuerpo del usuario, con la finalidad de purificarlos y corregir los desperfectos.
Al cabo de unas horas Astalris termino, suspiro y evaluó los avances de su cuerpo.
-"He logrado la restructuración completa de mi cuerpo, es increíble que tenga la oportunidad de hacerlo mientras sea tan joven, normalmente ningún niño podría realizarla de manera individual por su complejidad, siempre son ayudados por sus maestros o los respectivos ancianos de su clan, pero es tan complicada y el mínimo error puede resultar en una devastadora herida para quien realiza la técnica que usualmente quienes pueden utilizarla esperan a determinar si el niño es digno o tiene las habilidades necesarias para justificar la inversión y el riesgo, lo que implicar que tenga por lo menos 10 años y haya despertado su signo divino."- se dijo así mismos Astalris sonriendo de felicidad.
-"Me preguntó cual será mi signo divino en esta vida, sería genial que fuera como el anterior"-, pensaba Astalris cuando escucho un leve ruido proveniente del primer piso.
Inmediatamente Astalris uso su percepción sensorial y detectó que tres hombres estaban ingresando a su casa, todos encapuchados y portando armas.