Chereads / Invocando a la espada sagrada / Chapter 39 - Capítulo 39: Misión Activada

Chapter 39 - Capítulo 39: Misión Activada

¡Clang!¡Clang!¡Clang!

Era el sonido de una campana.

El sonido resonó en la oscuridad. Era como si sonara en las profundidades de los corazones de la gente. Rhode se levantó y escaneó meticulosamente sus alrededores, y al mismo tiempo, apretaba la carta que tenía en la mano.

—Lize.

—Ah, ¡sí!

—¿Todavía recuerdas lo que hicimos antes en ese pueblo?

—¡Lo recuerdo! —Cuando se acordóde su anterior encuentro, Lize entendió inmediatamente lo que debía hacer. Adoptó una postura firme mientras iluminaba el aire circundante con una cálida bola de luz. Y como si algo reaccionara a la luz sagrada, de repente sopló un fuerte viento que hizo que las ascuas se dispersaran por doquier—. Sr. Rhode, ¿esteenemigo se parece en algo al que combatimos entonces?

—Sus características son algo similares.

...

Al escuchar la respuesta indiferente de Rhode, el corazón de Lize al fin se tranquilizó mucho. Antes, jamás habría podido mantener la compostura. Pero después de ganar experiencia en la batalla de las Ruinas de Niebla, le emocionaba que su habilidad pudiera ganar la delantera ante esos aterradores monstruos. Después de todo, su rol siempre había sido estar detrás del frente, incapaz de ayudar directamente.

Pero ahora todo era diferente. Bajo circunstancias especiales, también podía participar en las batallas y no solo depender de la protección de su equipo. Esto le daba a Lize una confianza asombrosa. Así que cuando escuchó a Rhode mencionar las Ruinas de Niebla, el miedo que le tenía a esta casa embrujada se redujo un poco.

«¡Como Rhode habló de eso, debe tener un plan!».Subconscientemente, Lize empezó a confiar y depender de Rhode, a quien había conocido no hace mucho.

La batalla ya había comenzado.

Rhode se puso más vigilante. Miró cuidadosamente su entorno pero, sin ningún aviso y en un instante, movió su mano derecha. La Marca de la Estrella apareció en la mano de Rhode e inmediatamente cortó la oscuridad, sin pensarlo dos veces. En un mismo movimiento, continuó el ataque lanzando su espada. De repente, una abrasadora ola de fuego se formó en la posición de su espada, que pronto reveló un perro negro cubierto de llamas.

El Asesino Flamígero.

El llameante sabueso adoptó su postura ofensiva de inmediato. Arqueaba su cuerpo hacia atrás y se agarraba firmemente al suelo con sus garras. Entonces el Asesino Flamígero soltó un gruñido bajo. Al ser una criatura elemental, podía sentir fácilmente el peligro, a lo que a su vez respondía con un gruñido por instinto.

—Lize, lanza un escudo sobre ti misma. Recuerda, si te encuentras con cualquier amenaza, lo primero que debes hacer es utilizar un hechizo de curación. Creo que sabes cómo hacerlo.

—Sí, señor.

Después de que la seguridad de Rhode la tranquilizara, Lize se sintió mucho más aliviada. Él asintió levemente, satisfecho. Con su aguda observación, sentía que esta chica era casi perfecta en cuanto a su naturaleza meticulosa, pero era una pena que no tuviera una meta definitiva. Así que cuando él le daba una orden, la personalidad de Lize cambiaba inmediatamente y dejaba de ser la chica asustada de antes.

—Sígueme —Rhode se volteó y caminó haciael salón.

Había un silencio sepulcral en todo el corredor exterior.

Un viento helado soplaba sin parar a través de las ventanas rotas. El marco golpeaba constantemente la repisa de la ventana, generando un eco espeluznante que retumbaba por toda la casa.

A simple vista, nada parecía diferente.

Pero unos ruines seres ya se estaban moviendo.

Rhode vio a una sombra deslizarse y, finalmente, esconderse en un rincón. El Asesino Flamígero también rugía de la emoción. Detrás de sus afilados colmillos, una intensa luz se acumuló en su garganta y unas lenguas de fuego bailaban en su boca.

De repente, una escultura humana a la que le faltaba la mitad del cuerpo apareció de la oscuridad y voló hacia él, como si algo la hubiese arrojado.

«¡Ya viene!».

Frente a este ataque, Rhode movió su espada hacia la escultura, cortándola limpiamente en dos.

¡Bum!

La escultura se quebró al caer en el suelo. Al mismo tiempo, Lize sintió escalofríos en la espalda.

Subconscientemente se volteó y descubrió una figura azulada en las escaleras.

Esos eran los espíritus malignos que existían en este continente. Una trágica alma que no había podido irse de este mundo porque una fuente maligna de poder la había corrompido. No eran más que una cáscara de su antiguo yo, sin conciencia alguna y con un profundo odio hacia los vivos. Y por supuesto, al ser un clérigo, Lize ciertamente los conocía bien.

Ahora que había pasado por las Ruinas de Niebla, tenía más confianza para ocuparse de este espíritu maligno. Así que formó su propia estrategia mentalmente antes de atacar al espíritu sin vacilar.

Pero justo antes de que pudiera actuar, Rhode estiró la mano hacia el hombro de Lize.

—¿Sr. Rhode?

Al sentir el extraño comportamiento de Rhode, se volteó con sorpresa en su mirada.

—Hay una mejor manera, Lize.

Ante los escépticos ojos de Lize, la expresión de Rhode se mantuvo tranquila. Bajó la cabeza y le susurró algo a Lize. Cuando escuchó lo que dije, lentamente, su expresión pasó de duda a sorpresa, y finalmente a alegría.

—Haré lo mejor que pueda, Sr. Rhode.

—Muy bien, entonces déjame el resto a mí.

Más de diez espíritus malignos aparecieron y los rodearon. Sus etéreas formas flotaban en el aire, y estiraban los brazos y gritaban. Se apresuraban hacia ellos con la intención de desgarrar sus cuerpos vivos.

Pero sus imprudentes acciones fueron inútiles.

Al costado, el sabueso negro que moría por luchar saltó y escupió un mar de llamas de sus aterradoras fauces, atacando a los espíritus malignos.

La máxima debilidad de las criaturas no muertas era el elemento sagrado, pero el elemento de fuego lo seguía de cerca. En esta batalla, Rhode poseía ambos. Esa era la razón por la que no tenía miedo de iniciar esta misión. Si estuviera solo, jamás jugaría su vida por unas míseras 500 monedas de oro.

Cuando vieron el Aliento de Fuego, los espíritus gritaron en agonía. Sus cuerpos etéreos eran inmunes a los ataques físicos, pero eran inútiles contra ataques mágicos. pronto, dos o tres espíritus desaparecieron al morir por el ataque elemental de fuego. El Aliento de Fuego no tenía forma de diferenciar sus objetivos, e hizo que los muebles también se incendiaran.

La formación de los espíritus empezó a debilitarse y, en este momento, Rhode activó Destello de Sombras.

En una fracción de segundo, como si fuera una golondrina volando por encima de una cerca, una opaca sombra atravesó ilesa la pared de fuego. Antes de que las ánimas pudieran reaccionar, una espada blanca ya había penetrado sus núcleos. Una por una, cayeron como moscas.

¡Sss!

Un espíritu maligno que intentó bloquear el ataque fue cortado en dos, como si fuera de mantequilla. Pronto, el resto de los espíritus lograron entender que Rhode no era un enemigo con el que podían meterse, y se retiraron con prisa. Volaron hacia las paredes y desaparecieron.

Las escaleras empezaron a temblar.

De repente, una oxidada armadura produjo un sonido crujiente. Lentamente levantó su gigante espada y la bajó hacia Rhode.

Pero antes de que pudiera completar el ataque, el perro negro se dio cuenta y escupió un fuego preventivo hacia la armadura.

[EXP 360/2500]

«No es suficiente».

Rhode vio el mensaje de reojo y descubrió que ganaba experiencia muy lento. Estaba muy por debajo de aquella vez en el Bosque Crepúsculo. Pero la razón no era ningún misterio. Como estos espíritus no eran monstruos de élite, podía matar docenas sin esforzarse. Así que, naturalmente, la experiencia no sería mucha. Pero para Rhode, había cosas más importantes que hacer.

Se volteó y vio a la chica que estaba en las escaleras.

Rhode podía escuchar los gritos de los espíritus malignos claramente.

Observando la fría y muerta figura, Lize levantó su mano derecha al recordar lo que Rhode le había dicho.

—La Luz Curativa no sirve solo para sanar heridas. Recuerda: condensar, superponer y comprimir. Luego lánzala. Creo que puedes hacerlo.

—Condensar...

Podía sentir cómo el poder sagrado se reunía gracias a su propia voluntad y alcanzaba su punto máximo. De acuerdo con el proceso, ya podía lanzar Luz Curativa, pero no lo hizo.

—Superponer...

El poder sagrado siguió condensándose y fluctuando. Se percató de que después de llegar a cierto punto, la concentración se convertía gradualmente en algo natural.

—Comprimir...

Cuando los dos tipos de poder sagrado empezaron a fusionarse, el poder espiritual de Lize ya estaba llegando a su límite. Sus manos temblaban y su expresión decía que no podía aguantar más.

En este momento, algunos espíritus malignos lograron aprovechar el lanzamiento retardado para acercarse a él.

Cuando Lize recobró el conocimiento, un espíritu con ojos huecos, rebosantes de un profundo odio, apareció repentinamente ante ella. Subconscientemente retrocedió un paso y la energía que tenía en las manos se desvaneció debido al miedo. En ese momento, una espada salió de atrás y atravesó al espíritu maligno.

—Otra vez —dijo Rhode con tono calmado.

—Sí.

Lize se mordió el labio y levantó la mano una vez más. Habiendo aprendido de su fracaso, condensó la energía rápidamente en sus palmas. Mientras veía al espíritu maligno en la distancia, Lize apretó los dientes y estiró su mano derecha.

¡Sss!

Una brillante luz apareció de la nada. El rayo, tan grueso como una columna, sepultó a los espíritus malignos en un área de ataque y, antes de que pudieran reaccionar, se habían convertido en cenizas.

—¿Eh?

Lize retiró su mano y vio con sorpresa lo que había ocurrido. Claro, ella sabía que el hechizo curativo podía hacerles daño a las criaturas no muertas, pero no esperaba que fuera tan poderoso.

«Santa alma, bendíceme. ¿Acaso esto se puedellamar un hechizo curativo? Su poder supera con creces al Martillo del Juicio del obispo del templo».

Pero antes de que su expresión pudiera cambiar de impresión a felicidad, las tranquilas palabras de Rhode llegaron como un balde de agua helada cayendo sobre su rostro, trayéndola de vuelta a la realidad.

—Sigue así. Esto es solo el comienzo.