—A los caballos los traen de Woville, de la granja del Señor Ritrcher. Nuestro amo los prefiere de allí. –dijo el cochero, sosteniendo su rienda mientras que le hablaba a Vivian, que lo escuchaba atentamente.
—Nunca he ido a Woville. –dijo Vivian para recibir una mirada de sorpresa de parte de Joann, el cochero.
—¿Nunca? –Vivian negó con la cabeza. No recordaba haber salido de Bonelake nunca. Pasaba la mayor parte del tiempo en la mansión Carmichael con un número limitado de personas, su mundo era pequeño, aunque hubiera podido conocer a más personas si sus padres no la hubieran enviado tan lejos.