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Chapter 36 - Capítulo 36: La Casa donde ella había puesto sus ojos

Uno no podía evitar preguntarse, ¿qué tipo de sitios visitaba Tianxin en su tiempo libre?

No importaba cuán duro Tianxin intentara explicarlo, la forma en que la gente la miraba había cambiado.

La imagen de inocencia y pureza, que ella había tratado tan duramente de mantener, se desmoronó de la noche a la mañana.

Esto provocó que Tianxin se encerrara en su casa por un periodo extendido de tiempo, enojada con el mundo.

Ni siquiera notó el manuscrito que había perdido.

Xinghe no se preocupaba con lo que le pasaba a Tianxin.

Tenía cosas más importantes que hacer.

Chengwu se recuperó rápidamente; su condición se había estabilizado sólo 2 días después de la operación.

Xinghe y Xia Zhi, quienes habían estado cuidándolo, suspiraron con alivio.

Xinghe no tenía tiempo de cuidar su propia apariencia, durante este período estaba completamente enfocada en cuidar de su tío.

Xia Zhi se enfurecía pensando en cómo Tianxin había calumniado a su hermana.

Él aconsejó a Xinghe.

—Hermanita, la salud de papá ha mejorado mucho, por lo que yo puedo cuidarlo solo. ¿Por qué no vas a una tienda a comprarte ropa nueva? Cómprate lo que quieras, aún quedan los 100.000 RMB restantes en mi tarjeta. No temas gastarlo todo, me aseguraré de pronto ganar más.

—Eso puede esperar, tenemos que resolver el asunto de la vivienda primero —dijo Xinghe, rechazando su ofrecimiento.

Xia Zhi comprendió y estuvo de acuerdo.

—Tienes razón, ya no podemos quedarnos en el departamento, necesitamos un nuevo lugar para vivir. Voy a ir a buscarnos un lindo lugar, así es que tómate este tiempo para descansar.

—Ya tengo mis ojos puestos en un lugar, pero necesito manejar esto personalmente. Tú quédate aquí y ayúdame a cuidar del tío, regresaré pronto —dijo Xinghe, antes de darse vuelta para salir.

—Hermanita, ¿A dónde vas? —la llamó un sorprendido Xia Zhi, pero ella ya iba lejos por el pasillo.

No se dio vuelta.

¿A dónde iba?

Evidentemente, ella iba a encontrar un lugar para que vivieran y el lugar en que ella había puesto sus ojos era... ¡La antigua residencia de la Familia Xia!

Por algunos años, el lugar había estado ocupado por unos indignos e ilegales dueños. Ya era tiempo de que ellos se fueran.

Xinghe pronto estuvo en la puerta de la residencia de la Familia Xia.

Levantó su cabeza para admirar todo el lugar, una sonrisa resuelta cubrió su rostro.

Xinghe tocó el timbre y la puerta se abrió pronto.

La mujer que estaba parada al otro lado de la puerta era la sirvienta de la Familia Xia desde hacía mucho tiempo, la señora Chan.

La señora Chan se sobresaltó cuando vio a la visitante.

—¿Usted, usted es la señorita Xia?

—¿Está Wu Rong en casa? —preguntó directamente Xinghe.

La señora Chan no sabía por qué ella estaba ahí, por lo que contestó vacilante: —La señora está en casa...

Xinghe la empujó a un lado y entró a la residencia. Wu Rong, vestida de punta en blanco porque iba en saliendo a un baile exclusivo, estaba bajando las escaleras.

—Señora Chan, ¿quién era? —dijo Wu Rong lentamente.

A continuación, sus ojos se posaron en Xinghe, que estaba parada al pie de las escalera.

Wu Rong estaba ligeramente sorprendida. Sin embargo, se contuvo rápidamente. Evaluó a Xinghe y en sus ojos asomó desprecio.

—¿Xia Xinghe?

Wu Rong casi se ahogó en la condescendencia de su voz.

—¿Cuándo fue la última vez que vi a esta pequeña descarada? Fue hace dos años. Recuerdo que fue cuando Xia Chengwu cayó con una severa fiebre. Habían consumido sus ahorros y estaban sobreviviendo de deudas. Sin más opciones, Xinghe tuvo la loca idea de que podía volver a reclamar su herencia. No es necesario decir que la expulsé sin darle siquiera un centavo. Después de dos años de paz y calma, esta Xia Xinghe vuelve nuevamente.

Todos estos pensamientos pasaban por la mente de Wu Rong. Para ser justos, había estado preparándose para la reaparición de Xinghe.

Ella dedujo que un día Xinghe iba a volver, cuando estuviese sin hogar.