—¿Ayuda?
No parecía así para Xinghe.
Incluso Xia Zhi captó la lástima en las palabras de Tianxin. Con la impetuosidad de su juventud, le devolvió el ataque a Tianxin.
—¡No necesitamos tu falsa caridad! ¡Nosotros, la Familia Xia, hemos estado sobreviviendo bien por nuestra cuenta!
Había otra razón detrás de la rabia de Xia Zhi.
Xinghe se había hundido en un período de depresión justo después del divorcio con Mubai.
Sonaba cliché, pero su sonrisa había sido arrebatada.
Entonces, de nuevo, ¿qué clase de madre estaba dispuesta a abandonar a su hijo si no fuera por una presión insuperable?
Xia Zhi estaba familiarizado con la personalidad de su hermana; ella tenía una maña natural de perseverancia. Nunca hubo un chillido de su parte a pesar de que los últimos años habían sido increíblemente duros.
Sólo se manifestaba la pena y el dolor que había sufrido bajo las manos de la familia Xi.
Por lo tanto, Xia Zhi tenía una hostilidad natural hacia las personas que estaban relacionadas con la familia Xi.
No podía soportar la mirada del nuevo trofeo de Xi Mubai.
Era obvio que la mujer estaba ahí para despreciar a su hermana, así que, ¿por qué debería ser amable con ella?
Tianxin ni siquiera se dignó a mirarlo a los ojos; su objetivo ese día era Xia Xinghe.
—Xinghe, ¿también te sientes de esa manera? Sinceramente, estamos aquí para ayudarte, ya que eres la madre de Lin Lin…
—Es suficiente —dijo Xinghe de repente.
Su tono era calmado pero imponente.
Tianxin sintió sus palabras atrapadas en su garganta.
Por alguna razón, las palabras de Xinghe y su mirada fija la mantuvieron callada.
Ella pensó erróneamente que había logrado provocar a Xinghe.
—Xinghe, ahora no es momento de satisfacer tus emociones, piensa en tu tío…
—Cállate —dijo finalmente Xinghe.
—No estoy hablando contigo.
—Tú…
La cara de Tianxin se sonrojó de ira casi instantáneamente, mientras el rencor brilló en sus ojos.
Xia Xinghe, esa perra, ¡¿Cómo se atreve a hablarme de esta manera?!
Tianxin rápidamente se contuvo y, con una queja fingida, dijo: —Xinghe, sólo estoy cuidando de ti.
—Mi hermana no quiere hablar contigo, ¡¿estás sorda?!
Xia Zhi se indignaba más mientras más tiempo pasaba con esa mujer.
¿Qué le vio Mubai a esta tonta?
¡Debió haber perdido la cabeza porque esta mujer no estaba a su altura!
Tianxin estaba agradecida de que el chico le diera más material por el hecho de ser una mujer maltratada e iba a continuar con su acto, cuando Mubai dijo: —No estoy aquí para darte una caridad falsa o de otro tipo.
Él mantuvo contacto visual con Xinghe mientras lo decía.
Mubai estaba donde estaba ese día profesionalmente porque tenía buen ojo para el talento.
Había permanecido en silencio porque estaba asombrado por los cambios que notó que le había ocurrido a Xinghe.
Podría haber evitado a otras personas, pero no a él.
Ella todavía seguía siendo la misma persona taciturna, pero antes, no había alma ni propósito en los ojos de Xinghe, era como si estuviera en un estado de suspensión.
Sin embargo, la nueva versión tenía vigor y brillo en sus ojos.
Él encontró la misma apariencia en individuos con gran éxito antes, personas que tenían el mundo a sus pies.
Era algo con lo que los grandes habían nacido, hablaban de una fuerte determinación y espíritu indomable.
Era como si la mujer con la que se había casado fuera una Xia Xinghe en hibernación y la que estaba delante de él, finalmente se había despertado.