La cima de la montaña se encontraba a tres horas de dónde estaban. Sí se apuraban, sólo les tomaría dos horas. Sumando el tiempo que les tomaría volver al punto medio y luego al pie de la montaña, serían mínimo unas seis horas en total.
Pensando que tendría que pasar al menos seis horas solo con Zhao Yanzi, lo que era prácticamente medio día, Hao Ren se sintió inseguro.
Afortunadamente, el escenario era espléndido. Si no podía soportar ver a Zhao Yanzi, cuando menos podía encontrar consuelo en las hermosas vistas.
Por el otro lado, Zhao Yanzi estaba en éxtasis. Prácticamente corría montaña arriba. No quedaba claro si era porque no podía esperar para visitar el templo Daoista o sí estaba tratando de deshacerse intencionalmente de Hao Ren.
No hacía falta decir que Hao Ren no permitiría que ella escapara de su vista tan fácilmente. Respirando hondo, aceleró y la siguió de cerca.
—¡Apúrate, apúrate! ¡Que lento eres! —dijo Zhao Yanzi dándose la vuelta para presionar a Hao Ren a ir más rápido mientras escalaba.
Sin prestarle atención a sus provocaciones, Hao Ren continuó a la velocidad que encontró apropiada. Después de todo, él era un corredor de distancias largas y sabía cómo distribuir apropiadamente sus capacidades físicas, a diferencia de Zhao Yanzi que iba corriendo sin preocuparse por conservar su energía para el último tramo del viaje.
No fue una sorpresa cuando media hora después, Zhao Yanzi, quién había estado corriendo hacia arriba apresuradamente, estaba ya exhausta. Poco a poco comenzó a desacelerar.
Yendo a un paso constante, Hao Ren alcanzó a Zhao Yanzi en unos minutos después de que ella desacelerara. En poco tiempo, la pasó corriendo.
—¡Hey! —exclamó Zhao Yanzi viendo que Hao Ren estaba por abandonarla.
Poniendo una cara inocente, Hao Ren se dio la vuelta. De pie sobre un escalón más alto, bajó la mirada hacia ella y preguntó—: ¿Qué? ¿Ya no puedes correr más?
—Yo…—Zhao Yanzi tenía el rostro color rojo brillante. Luego agregó—: ¡Sólo quería un poco de agua!
Estiró su brazo hacia Hao Ren y demandó—: ¡Dame un poco de agua!
Hao Ren abrió su mochila, sacó la botella de agua, y se la alcanzó.
Después de beber grandes tragos de agua, Zhao Yanzi lanzó con hostilidad el agua embotellada de vuelta a Hao Ren.
Su mala actitud había logrado hacer sentir incómodo a Hao Ren. Sin embargo, se recordó a sí mismo lo agradables que habían sido sus padres con él y decidió aguantarla.
Colocando el agua embotellada en la mochila, procedió a escalar sin importarle sí Zhao Yanzi podía mantener o no el ritmo.
Eso hizo las cosas muy difíciles para Zhao Yanzi. Ahora que Hao Ren había resumido la escalada, ella tenía que hacer lo mismo. Por un lado, todos los suministros estaban en la mochila que cargaba Hao Ren. Por otro lado, no quería que Hao Ren la mirase con lastima. Por tanto, sólo podía obligarse a ella misma a seguir. En ese estado, ya no podía hablar para burlarse de Hao Ren como lo había hecho antes.
De camino arriba, Zhao Yanzi ahora se sintió torturada. Mientras intentaba mantener el paso con Hao Ren, constantemente se quedaba sin aire y su rostro había pasado del rojo brillante al blanco pálido. No podía dejar de mirar a Hao Ren al mismo tiempo que crecía su rencor hacia él.
Continuaron escalando por un poco más de tiempo antes de que Hao Ren finalmente se detuviera. Finalmente, Zhao Yanzi tuvo una oportunidad de recuperar el aliento.
Hao Ren abrió el mapa, lo estudió por unos segundos,y dijo—: Bueno, estamos a mitad de camino. A nuestro ritmo actual, deberíamos poder llegar allí en una hora.
—¿Ahhh? ¡¿Otra hora?! —dijo Zhao Yanzi. Su rostro se llenó de desesperación. Al imaginarse teniendo que repetir todo el asunto por el que apenas había atravesado, su cuerpo no pudo hacer otra cosa que volverse débil e impotente.
Sin prestarle atención a su reacción, Hao Ren enrolló el mapa y se puso de pie nuevamente.
Ahora que Zhao Yanzi había recuperado finalmente el aliento, vio que Hao Ren estaba listo para continuar sin mucho descanso. Había desarrollado inmediatamente un odio intenso hacia él. Tomando una pausa de algunos segundos, explotó en ira y comenzó a gritarle a Hao Ren que ya estaba lejos más adelante—: ¡Cretino!
Hao Ren se dio la vuelta, aun luciendo inocente y despistado. La miró desde lejos y preguntó—: ¿Qué sucede?
—Tú…tú…—Zhao Yanzi estaba tan molesta que no era capaz de pronunciar una oración completa a través de sus apretados dientes.
—¿Necesitas un descanso? —preguntó Hao Ren.
El rostro de Zhao Yanzi se puso rojo mientras contenía su ira y su deseo por un descanso. Incluso cuando ciertamente necesitaba un descanso, no podía obligarse a ella misma a decir las palabras. Tenía miedo de darle una razón a Hao Ren para burlarse de ella o verla con desdén.
—Oh cielos, sí parece un poco agotador. Tomemos un descanso aquí entonces —dijo Hao Ren bajando la mochila y colocándola en los escalones. Entonces se sentó junto a ella.
—Ten en mente que fuiste tú quien quiso tomar un descanso, ¡yo no he dicho una palabra sobre estar cansada! —dijo Zhao Yanzi a través de sus labios fruncidos y se sentó en el suelo como Hao Ren.
Su rostro pálido era el mejor indicador de que su cuerpo estaba a punto de sucumbir, pero Hao Ren no tenía intención de exponerla.
Se sentaron a seis o siete escalones de distancia, viéndose fijamente.
De repente, Hao Ren recordó que había una cámara en la mochila. La sacó rápidamente y la apuntó a Zhao Yanzi, que estaba sentada más abajo que él.
¡Click!
Su rostro amargado se enmarcó al instante y fue capturado en una foto.
—¡¿Quién te dio permiso de tomar fotos?! —gritó ella con una voz aguda.
Intentando alcanzarle la cámara desde la altura, Hao Ren dijo—: ¿Qué tal si tú me tomas una foto a mí también?
—¡¿Por qué querría tomar una foto tuya?! —dijo entornando los ojos Zhao Yanzi.
—¿Qué tal si nos tomamos una foto juntos entonces? —sugirió nuevamente Hao Ren.
Zhao Yanzi le dio la espalda a la cámara sin mirar a Hao Ren, y dijo—: Hmmm, ¡Quién iba a querer una foto con un tío como tú!
Prontamente, Hao Ren guardó nuevamente la cámara en la mochila y se levantó diciendo—: Ya es suficiente descanso, continuemos.
—Tu…—dijo Zhao Yanzi lanzando una mirada molesta a Hao Ren. Sabía que la estaba castigando por no haber cooperado, pero no había nada que ella pudiese hacer más que seguirle la corriente.
Hao Ren se dio la vuelta y vio que el rostro de Zhao Yanzi estaba rojo y brillante por intentar alcanzarlo. Pensó por un segundo y decidió ir más lento. Incluso cuando Zhao Yanzi era una niña tan temperamental, no había necesidad de castigarla físicamente por eso.
—¡Si tuviese mi Núcleo Dragón podría vencerte corriendo cien veces! —dijo con arrepentimiento Zhao Yanzi, golpeando el hombro de Hao Ren.
—Si no puedes escalar más, no es demasiado tarde para que demos la vuelta —propuso Hao Ren con sinceridad, ya que no había indicios de burlas en su tono.
Aun así, Zhao Yanzi apretó sus dientes y respondió tajantemente— :¿Quién dijo que no podía escalar más? ¡De seguro llegaré a la cima de la montaña!
Sintiendo que Hao Ren la estaba mirando con compasión, apretó nuevamente los dientes y dijo—: Si tú no puedes hacerlo, ¡Entonces comienza a ir de regreso por tu cuenta!
La boca de Hao Ren se curvó hasta hacer una sonrisa, ya que encontraba muy admirable la determinación de Zhao Yanzi.
En ese momento, el rostro de Zhao Yanzi era rojo brillante. Adornados con gotas de sudor, su pequeña nariz y pecho subían y bajaban al ritmo de su rápida respiración, y su piel blanca como la nieve estaba húmeda y sedosa como la leche.
Las hebras de su cabello que estaban empapadas de sudor la hacían lucir casi encantadora. Aunque joven, ya había comenzado a mostrar su potencial para crecer y convertirse en una belleza.
Apretando con fuerza su puño, de repente respiró profundo y rebasó nuevamente a Hao Ren. Después de eso, continuó corriendo hacia adelante.
Sin saber qué hacer con ella, Hao Ren solo podía acelerar y correr junto a ella.
Los dos avanzaban en silencio. Ya que el lugar no tenía teleféricos instalados y ya era de tarde, mientras más subían, menos turistas había.
Indirectamente, el sol los alcanzó atravesando las ramas de los árboles. Hao Ren bajó la mirada hacia su teléfono, eran casi las tres en punto. Si no alcanzaban la cima de la montaña pronto, regresarían tarde al hotel. Sería aún más difícil para ellos atravesar la montaña, especialmente si se oscurecía el cielo.
—Zi, tenemos que acelerar el paso o de otro modo no podremos regresar abajo a tiempo —Habló finalmente Hao Ren, después de caminar en silencio por casi una hora.
—¡Deja de molestarme! —respondió impacientemente Zhao Yanzi.
El sudor ya había empapado su rostro y la mayoría de su atuendo. A juzgar por la mirada en su rostro, ella ciertamente ya estaba dando su mejor esfuerzo. Después de todo, ella era solo una chica joven, mientras que en la secundaria Hao Ren ya estaba en el equipo de carreras de distancia largas; desde un comienzo sus fuerzas físicas no estaban al mismo nivel.
Justo cuando empezaron a dudar si podrían llegar a tiempo, las cosas tomaron un giro para mejor. Mientras seguían el sendero y caminaban alrededor de un gran y grueso árbol, los aleros dorados del templo Daoista repentinamente aparecieron a su vista.
—¡Ja! ¡Lo logramos! —gritó de alegría Zhao Yanzi. Ni siquiera intentó ocultar su alegría de haber conquistado la montaña.
Hao Ren también sintió el deleite. Estaba sorprendido pero satisfecho de que sus esfuerzos hubiesen rendido frutos.
Al mismo tiempo, estaba un poco preocupado. Les había tomado un largo tiempo y mucho esfuerzo físico alcanzar la cima de la montaña. ¿Serían capaces de regresar al hotel para las siete como habían planeado?
—¡Cabeza de burbuja! ¡Apresúrate y no te pierdas! —Zhao Yanzi no pudo controlar su emoción y le gritó a Hao Ren sin contemplaciones, viendo que Hao Ren estaba dudando y no se había movido de las escaleras.
De alguna manera, para Hao Ren, el hecho de que ella se dirigiera a él con sobrenombres de una manera tan inconsciente indicaba una sensación de confianza y camaradería.