Las Hierbas Neblina Púrpura tenían muchos usos. Uno de ellos era el de emplearlas como un fuerte tóxico para las bestias demoníacas simio. Las bestias demoníacas simio de rango Plata comunes no podían tolerar su toxicidad. En este mundo, una cosa servía para controlar a la otra.
—¿Nie Li solo usó una saeta para matar a un Simio Armado Azul Gigante? —pensó.
Todos se miraron entre sí. Estaban muy sorprendidos.
Solo Huyan Lanruo y Ye Ziyun sabían que Nie Li había untado algún tipo de sustancia medicinal sobre la saeta. Pero, aun así, el hecho de haber podido lanzarla sobre el Simio Armado Azul Gigante con tanta facilidad era excelente.
Al ver que Nie Li había matado a un Simio Armado Azul Gigante con una flecha de ballesta, gritó a la multitud―: ¡Todos saquen sus ballestas!
Los hombres de Chen Linjian sacaron sus ballestas, a sabiendas de que las podían usar para aniquilar a los Simios Armados Azules Gigantes.
Shen Yue también sacó la suya y al verla en sus manos, tan delicada, sintió un peso en su corazón. Teniendo en cuenta lo que acababa de presenciar, ¿podía decirse que Nie Li era más fuerte que él en todos los aspectos? Desde que Nie Li había aparecido, sentía que Ye Ziyun estaba cada vez más fuera de su alcance. Y ahora ella ignoraba su presencia por completo. Por otra parte, ella lo veía a Nie Li con otros ojos, lo cual lo volvía loco de envidia.
Había matado al Simio Armado Azul Gigante con solo un disparo, ¿cómo era posible?
Shen Yue cargó las flechas en la ballesta y se deslizó sigilosamente hasta el extremo de la muralla. Apuntó su ballesta hacia un Simio Armado Azul Gigante desde una distancia considerable. Su rostro reflejaba una gran seriedad y concentración. Dirigió la mira frontal hacia el Simio Armado Azul Gigante. Todos contenían la respiración. Tenían los ojos puestos en Shen Yue, quien estaba ubicado en el extremo de la muralla.
―Con un objetivo grande como es el Simio Armado Azul Gigante, ¿qué tan difícil puede ser acertarle? ―dijo Shen Yue, jalando el mecanismo con una mano algo temblorosa.
Se oyó un sonido sibilante y una luz fría atravesó el cielo. ¡Bang! Un momento después, la flecha se clavó en el tronco de un árbol ubicado a unos 5 o 6 metros del Simio Armado Azul Gigante.
Ante esa escena, Shen Yue retorció un poco el rostro y empalideció.
Todos lo miraron con una expresión extraña, haciendo un gran esfuerzo por contener la risa. Si se hubieran reído, Shen Yue se habría enojado muchísimo. Todos sabían que quería competir con Nie Li. Estaba bien que compitiera, pero, ¿era posible que no diera como resultado algo tan gracioso?
Shen Yue casi se vuelve loco. Estaba seguro de que iba a poder acertarle al objetivo, pero ¿por qué se había desviado la flecha cuando la había lanzado?
Cuando vio que la gente que lo rodeaba estaba haciendo un gran esfuerzo por contener la risa, Shen Yue se sintió muy avergonzado. También le pareció ver la risa en el rostro de Ye Ziyun: ¡era una especie de desprecio!
—¡Maldición! ¡No creo poder acertar! —pensó.
De inmediato, Shen Yue sacó una segunda flecha y la cargó en la ballesta. Después de intentar cargar la flecha, apuntó la ballesta hacia un Simio Armado Azul Gigante que se encontraba a una gran distancia.
La flecha dejó una fría luz en el aire. Sin embargo, después de un momento, la flecha pareció perder fuerza y cayó al suelo. Shen Yue no había cargado la flecha correctamente, por lo que esta voló una corta distancia y cayó.
Para ese entonces, ya nadie podía evitar reírse a carcajadas. Shen Yue simplemente no tenía las habilidades necesarias. Quería copiar a Nie Li matando al Simio Armado Azul Gigante con flechas; sin embargo, sus resultados fueron opuestos a los de Nie Li. ¿Acaso Shen Yue estaba intentando ser gracioso?
Chen Linjian reprimió la risa con esfuerzo y caminó hacia donde estaba Shen Yue. Le dio una palmada en los hombros y le dijo―: Shen Yue, hermano, olvídalo. No puedes jugar con esta cosa.
La cara de Shen Yue se puso morada. La risa penetraba en sus oídos con fuerza. Su odio hacia Nie Li creció. ¡Por culpa de él estaba siendo avergonzado delante de toda esa gente!
Si Nie Li hubiera sabido lo que Shen Yue estaba pensando en este momento, no se habría sentido culpable. Porque no había hecho nada.
Shen Yue se aferró a la ballesta, sin saber si debía seguir usándola o no. Sin embargo, no podía evitar sentir que se estaba hundiendo en el suelo de la vergüenza.
En su vida anterior, Shen Yue era sumamente orgulloso y se burlaba al máximo de Nie Li. Al recordar ello, la comisura de la boca de Nie Li se elevó lentamente hasta convertirse en una mueca de desprecio. Le dijo tímidamente―: Solo porque yo pueda hacer algunas cosas, no significa que tú también puedas.
Cuando Shen Yue escuchó esas palabras explotó de la ira, se dio vuelta para mirarlo y gritó―: ¡Todo esto es culpa tuya, te mataré!
En su rostro podían distinguirse las venas. Levantó la ballesta y la apuntó hacia Nie Li. Estaba a punto de volverse loco. Shen Yue estaba muy orgullosos de ser descendiente directo de la Familia Sagrada. Por lo tanto, la provocación de Nie Li le estaba haciendo perder la cabeza.
¡Paf! Chen Linjian le arrancó la ballesta de la mano a Shen Yue y gritó―: ¡Basta!
Shen Yue levantó la cabeza y vio cómo Chen Linjian lo miraba con frialdad. Al verlo, a Shen Yue se le cayó el alma a los pies. Ahora todos estaban del lado de Nie Li. Se dio vuelta y se alejó con resentimiento. A espaldas de Shen Yue, comenzaron los comentarios.
―Nunca pensé que Shen Yue fuera esta clase de persona.
―Ese comportamiento no es digno de un noble.
La mirada de Nie Li se volvió fría mientras este recordaba la huida de la Familia Sagrada en su vida anterior, como así también todos los actos de Shen Yue. Si una persona y una familia así fueran aniquiladas, Nie Li no sentiría ni la más mínima pena por ellas.
Al ver a Shen Yue solo y de espaldas, Ye Ziyun camino hacia Nie Li y le dijo―: Nie Li, Shen Yue está muy desanimado.
Nie Li frunció el ceño ante las palabras de Ye Ziyun. Nunca se imaginó que Ye Ziyun simpatizaría con Shen Yue. Tenía un corazón demasiado bondadoso. En su vida anterior, Ye Ziyun había aceptado comprometerse con Shen Yue después de que este le suplicara hasta el cansancio. Pero al final, antes de que se casaran, Shen Yue había huido de Ciudad de Gloria con su familia. Era esa clase de persona. No había posibilidad de simpatizar con él.
Lleno de furia, Nie Li clavó su mirada sobre Ye Ziyun y le dijo con severidad―: ¿Por qué habría que tenerle lástima? ¡De aquí en más, deja de tener contacto con él! De lo contrario, no vengas a verme a mí. ¡Si un cerdo como él muriera lo tendría merecido!
Al escuchar esa severa reprimenda, Ye Ziyun hizo una mueca.
Aunque pensó: —Tú no eres mi novio. ¿Con qué autoridad estás restringiendo mis contactos con los demás? —también decidió no tener más contacto con Shen Yue. En caso contrario, estaba la posibilidad de no poder mantener su amistad con Nie Li. Poco a poco, habían empezado a importarle las opiniones de Nie Li. Sin embargo, había algo que no entendía.
—¿Por qué Nie Li odia tanto a Shen Yue? ¿Hay alguna venganza a muerte entre ellos? —pensó.
Nie Li suspiró. Se había alterado un poco y, por eso, su tono había sido un poco severo. No obstante, era bueno advertir un poco a Ye Ziyun.
Los hombres de Chen Linjian comenzaron a ocuparse de los Simios Armados Azules Gigantes con sus ballestas; sin embargo, se dieron cuenta de que sus flechas no podían hacerles nada. Era cierto que los simios tenían un cuerpo enorme, pero eran muy ágiles en sus movimientos. Notaron que, cuando lanzaban las flechas, los simios eran capaces de esquivarlas de inmediato, lo que hacía que fallaran.
En ese momento se dieron cuenta de las habilidades de arquería que tenía Nie Li.
Ahora que Huyan Lanruo había descubierto otra de las capacidades de Nie Li, cada vez que lo miraba se le llenaban los ojos de amor. En ocasiones, adoptaba una postura seductora cuando estaba junto a él. Dejaba ver sus extraordinarias curvas, sus voluptuosos pechos y el profundo valle.
Esa mujer dejaba a Nie Li sin palabras. Podía arder en cualquier momento. Cuando estaba frente a otras personas, se veía indiferente. No obstante, cuando estaba con Nie Li, mostraba un interés excepcional.
―¡Hermano Nie Li, tendremos que molestarte! ―suspiró Chen Linjian. De todos los del grupo, solo Nie Li era capaz de matar a los Simios Armados Azules Gigantes.
Nie Li asintió levemente.
Nie Li comenzó a deshacerse de los Simios Armados Azules gigantes que estaban en el camino. Su puntería era tan precisa que siempre acertaba al objetivo. Sus habilidades de arquería habían alcanzado un nivel extremo en su vida anterior. Aunque su cultivación solo había alcanzado el rango Bronce de una estrella, era más que capaz de enfrentarse a bestias demoníacas comunes de rango Plata.
Todos estaban asombrados con las habilidades de arquería de Nie Li, aunque un experto de rango Plata habría dicho que esquivar las flechas de Nie Li no era una tarea difícil. Sin embargo, no importaba cuánto trataran de esquivar las flechas aquellos Simios Armados Azules Gigantes, estas eran como sombras que los perseguían.
Sin saberlo, Nie Li ya se había transformado en un miembro fundamental del grupo.
Justo cuando Nie Li y los demás comenzaban a acercarse lentamente a su destino, la cantidad de Simios Armados Azules Gigantes aumentó de repente. Ahora eran más de veinte y todos miraban hacia Nie Li y el grupo.
―¡Grrrr!
Se oyó un rugido ensordecedor. El suelo comenzó a temblar muy fuerte. Como el rugido ensordecedor había destruido sus tímpanos, todos se miraban entre sí.
―¡Es una bestia demoníaca de grado Espiritual! ―dijo Nie Li, horrorizado.
Las bestias demoníacas normales eran iguales a los seres humanos. Se dividían en rangos Bronce, Plata, Oro, Oro Negro y Leyenda. No obstante, entre esos niveles también había bestias demoníacas Normales, Espirituales, y Emperadoras. Por ejemplo, en el caso del Simio Armado Azul Gigante, un simio ordinario no habría podido formar un espíritu en su mente. En cambio, un Simio Armado Azul Gigante de grado Espiritual ya lo habría hecho. Además, tenía la inteligencia normal de un niño humano de 10 años. Su fortaleza también era mucho mayor que la de los Simios Armados Azules Gigantes de grado Normal. En cuanto al nivel Emperador, estos tenían el espíritu de su mente en estado líquido y tenían la habilidad de cambiar su cuerpo para que este adoptara forma humana. Su fortaleza también era escalofriante.
―¿Qué fortaleza tiene? ―preguntó Chen Linjian con miedo en la voz y la cara transformada.
―¡Rango Plata de 5 estrellas, casi rango Oro! ―respondió Nie Li. Nie Li pudo determinar la fortaleza por el rugido del Simio Armado Azul Gigante.
Nie Li frunció un poco el ceño. Las bestias demoníacas eran, por lo general, un poco más fuertes que los humanos de su mismo nivel, en especial, las bestias demoníacas como los Simios Armados Azules Gigantes. Eran sumamente difíciles de controlar y, la fortaleza real de este simio tal vez podría desafiar a un experto de rango Oro.
Con la fortaleza que tenía Nie Li en ese momento, era demasiado difícil controlar a una bestia demoníaca así.
En cuanto al equipo de Chen Linjian, ¡el más fuerte solo tenía rango Plata de 3 estrellas!
Rango Plata de 5 estrellas... Al oír eso, Chen Linjian también frunció el ceño. Nunca pensó que iban a encontrarse con un Simio Armado Azul Gigante de grado Espiritual allí, además, uno de rango Plata de 5 estrellas. Tenía miedo de que fuera muy difícil de controlar. También había muchos Simios Armados Azules Gigantes que los miraban desde los alrededores. ¡Si se desatara una pelea, era posible que todos ellos fuesen aniquilados!
¡Grrr!
El Simio Armado Azul Gigante salió disparado hacia lo alto de las murallas. Observaba a Nie Li y al grupo con una mirada feroz.
―¡Vamos, síganme! ―gritó Nie Li y se adentró en el bosque de un salto junto a ellos.
Todos se miraron durante un instante y, rápidamente, siguieron a Nie Li, que se escondía en el bosque.
Al ver eso, el Simio Armado Azul Gigante de grado Espiritual se golpeó el pecho con furia y dio fuertes pisotones. Una vez más, se escuchó el rugido ensordecedor. Los Simios Armados Azules Gigantes normales se dirigieron hacia la dirección por donde Nie Li y el grupo habían huido, como si estuvieran siguiendo órdenes del Simio Armado Azul Gigante de grado Espiritual.
A los Simios Armados Azules Gigantes no los convenía internarse en el denso bosque debido a su gran contextura física.
―¡Formación! ―rugió Chen Linjian enojado. El grupo de expertos de rango Plata se apoyó con rapidez en los espesos árboles de los alrededores; todos formaron un círculo y sacaron sus armas.
Se oía un sonido sibilante.
Un Simio Armado Azul Gigante atacó, Nie Li levantó la ballesta y una flecha salió disparada.