Dentro del corazón de Ye Ziyun había una profunda frustración. Al ser la pequeña princesa de la Mansión del Señor de la Ciudad, como así también la nieta del espiritista demoníaco de rango Leyenda Ye Mo, había visto muchos libros antiguos de secretos. Tenía una experiencia mucho más profunda que la de sus compañeros. En su interior, también sentía un poco de orgullo de ella misma. Sin embargo, cuando se comparaba con alguien gigantesco como Nie Li, sentía que era demasiado ignorante.
Pero no era de extrañar que Ye Ziyun tuviera este tipo de pensamientos. Era imposible evaluar a Nie Li con los ojos de una persona normal.
A través de las grietas de las paredes de piedra y la disposición de las baldosas del suelo, Nie Li distinguía con facilidad dónde estaban las trampas.
―¡Las trampas de este nivel no presentan ninguna dificultad! ―dijo Nie Li mientras continuaba avanzando.Tomó una piedra y la lanzó a cinco o seis metros de distancia y se estrelló contra un ladrillo cian e hizo un fuerte estruendo.
En el camino que se abría frente a ellos, las flechas volaban como una tormenta. La punta de las flechas parpadeaba y emitía una luz verde.
―Todas las flechas han sido embadurnadas con veneno ―notó Ye Ziyun.
Su cara se puso un poco pálida. Podía imaginarse lo que habría pasado si hubieran seguido avanzando, lo terrible que habría sido su destino si hubieran activado las trampas por accidente. Su cuerpo habría sido atravesado por flechas de arriba a abajo.
―¿Cómo hizo Nie Li para descubrir desde tan lejos dónde se encontraba la trampa? ―se preguntó.
―¡De acuerdo, ahora podemos avanzar! ―dijo Nie Li, sonriendo un poco mientras miraba a Ye Ziyun.
Aunque las trampas estaban todas escondidas en la oscuridad, Ye Ziyun tenía una sensación extraña. Mientras se ubicara detrás de Nie Li, estaría a salvo. Cualquier problema que se presentara no sería un problema.
Estar detrás de Nie Li parecía haber dado a la gente una sensación de seguridad a pesar de que el muchacho era bastante delgado.
Ye Ziyun bajó la cabeza y empezó a pensar en algo.
―Tal vez estar con Nie Li no sea tan malo…
Sin embargo, después de un momento, sacudió la cabeza con rapidez para expulsar este tipo de pensamiento.
―¡Qué diablos estoy pensando! Ning'er parece sentir algo por Nie Li y, en pocos días, Huyan Lanruo expresó que quería perseguir a Nie Li. ¿Con cuántas chicas se metió este mujeriego de Nie Li?
¡Ella no se imaginaba que Nie Li la amaba solo a ella!
Ye Ziyun levantó la cabeza con orgullo: no sería una superficial como las otras chicas.
Ambos continuaron avanzando, moviéndose hacia las profundidades del camino.
Mientras Nie Li y Ye Ziyun exploraban el camino juntos, afuera en la jungla, el Diácono Yun Hua maldecía a sus hombres con indignación.
―¡Ustedes son un grupo de deshechos! ¡Permitieron que ese Simio Armado Azul Gigante huyera con heridas graves!
Las bestias demoníacas de grado espiritual tienen un espíritu dentro de ellas. Incluso si solo es una bestia demoníaca de rango Plata, aún así puede ser vendida por cientos de miles de monedas de espíritu demoníaco.
Al final, seis personas resultaron heridas y el Simio Armado Azul Gigante logró escapar.
Su mayor enojo era hacia Nie Li. Si no hubiera sido por él, que había atraído al Simio Armado Azul Gigante de grado Espiritual hacia ellos, no se habrían sentido tan abatidos.
―Olvídenlo, es solo un Simio Armado Azul Gigante. ¡Esos hijos de la nobleza valen más que ese mono! ¡Revisen el lugar! Si no pueden capturar ni a uno de ellos, no regresen conmigo ―el Diácono Yun Hua gritó lleno de ira.
El grupo de personas se separó de inmediato y comenzó a buscar en el bosque.
Un incendio, que apenas se veía a lo lejos, atrajo su atención.
El fuego podía ser usado para detener a las bestias demoníacas durante la noche, para evitar que se acercaran. Sin embargo, también era un blanco muy fácil de ver en la oscuridad.
―¿Por qué me capturaron? ¿Quiénes son ustedes?
Rápidamente, varios hombres con túnicas negras capturaron a alguien y lo llevaron con el Diácono Yun Hua.
El Diácono Yun Hua se rio. La persona que estaba frente a él vestía ropas lujosas. Sin duda, tenía una identidad importante.
El Diácono chasqueó la lengua y dijo:
―Hijo, probablemente has oído hablar de nosotros, el Gremio Oscuro. Atrapamos a los hijos de la nobleza como tú. Ahora bien, ¿debería cambiarte por dinero... o debería matarte?
La persona que había sido atrapada era Shen Yue.
Al escuchar el nombre de Gremio Oscuro, Shen Yue se puso pálido. Le tembló la voz cuando dijo:
―¡No me mate! Soy miembro de la Familia Sagrada. Mi familia puede darle mucho dinero!
―¿La Familia Sagrada? ―El Diácono Yun Hua se quedó un poco aturdido. Un leve rastro de desilusión apareció en su mirada mientras empezaba a hablar consigo mismo―. Pensé que podríamos hacer una fortuna, pero resulta que es una persona del vicepresidente. ¡Qué mala suerte!
El Diácono Yun Hua se puso de frente a sus subordinados y vociferó:
―¡Sigan buscando!
Shen Yue pensó que el Gremio Oscuro le haría las cosas difíciles, pero nunca esperó que lo ignorasen por completo. Solo había una persona cuidándolo. Shen Yue sintió un gran alivio. Al parecer, el Gremio Oscuro todavía le tenía un poco de miedo a la Familia Sagrada.
Pensaba que el nombre de la Familia Sagrada había asustado a los hombres del Gremio Oscuro. En su rostro volvió a reflejarse una expresión de orgullo. Se volvió totalmente diferente de la persona que, anteriormente, casi se había orinado en los pantalones.
Nie Li seguía avanzando con Ye Ziyun. Alrededor de cinco o seis horas después, Nie Li y Ye Ziyun divisaron una magnífica sala a la distancia.
―De modo que la Ciudad Orquídea Antigua fue construida sobre este palacio subterráneo. No hay duda de que los niveles superiores de la Ciudad Orquídea Antigua conocen este palacio. Por lo tanto, es muy posible que guarden todos sus objetos de valor aquí! ―dijo Nie Li.
A juzgar por su ubicación actual, deberían estar en el fondo del campo militar.
Tal como Nie Li había pronosticado, el Señor de la Ciudad y los estratos más altos habían escondido todos sus objetos de valor bajo el campo militar.
Al entrar en el vestíbulo, quedaron impactados por la escena que se presentó ante ellos. Había huesos por toda la sala, tanto de adultos como de niños. Estaban muy amontonados. Parecía que habían mantenido una dolorosa lucha antes de morir.
―¿Qué pasó? ¿Qué puede ser esto? ―preguntó Ye Ziyun mientras sus ojos se enrojecían y las lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas.
Vio a muchos niños acurrucados en una esquina. Los niños que debían haber sido muy adorables cuando estaban vivos, ahora estaban todos muertos.
Nie Li suspiró y dijo:
―Este debe ser el refugio temporal de la Ciudad Orquídea Antigua. Aquí fueron trasladados los ancianos, las mujeres y los niños y, probablemente, los iban a sacar después de la guerra. Sin embargo, la Ciudad Orquídea Antigua fue destruida. Por lo tanto, esta gente quedó atrapada aquí y murió de hambre.
Ye Ziyun abrió la boca, mostrando una expresión de dolor.
Nie Li respiró hondo. Su corazón palpitaba, por lo que se le hacía más difícil calmarse. ¿Acaso no había pasado lo mismo con Ciudad de Gloria, en su vida anterior? Antes de que comenzara la batalla, trasladaron a mucha gente a la zona de refugio. Más tarde, cuando Ciudad de Gloria fue destruida, se vieron obligados a cambiar su ubicación. No sabía lo que había ocurrido con aquellos ancianos, mujeres y niños, pero, probablemente, también habían muerto de hambre en el refugio.
Aún veía con claridad la trágica imagen de Ciudad de Gloria siendo destruída. Nie Li apretó el puño con fuerza.
―¡No dejaré que vuelva a ocurrir lo mismo!
―Creo que deberíamos irnos ―dijo Ye Ziyun.
No podía soportar quedarse más tiempo allí.
―No, no podemos irnos. ¡Tenemos que llevarnos todos los tesoros de este lugar! ―dijo Nie Li con determinación―. Los tesoros que hay aquí pueden aumentar nuestra fortaleza. Solo cuando nuestra fortaleza haya aumentado, podremos proteger Ciudad de Gloria. ¡De lo contrario, Ciudad de Gloria repetirá la historia de Ciudad Orquídea Antigua!
Al escuchar las palabras de Nie Li, Ye Ziyun se quedó atónita. Un pensamiento se cruzó por su mente:
―Ciudad de Gloria repetirá la historia de Ciudad Orquídea Antigua. Aunque Ciudad de Gloria aún es bastante segura, hay bestias demoníacas que a menudo acechan e, incluso, a veces, rompen las murallas.
La expresión de Ye Ziyun se endureció. Tenían que aumentar su fortaleza como fuera. Solo entonces podrían proteger Ciudad de Gloria. Aunque ser un saqueador era algo vergonzoso, ¿qué sería más importante que las incontables vidas de Ciudad de Gloria?
Nie Li y Ye Ziyun empezaron a buscar por toda la sala.
―¡Aquí hay una armadura de bronce!
―¡Aquí, varias botellas de elixires! ¡Es una pena que todos se hayan echado a perder!
―¡Cielos! ¡Esto es un pedazo de piedra de alma! ―exclamó Ye Ziyun, mientras juntaba las manos y oraba. Después de eso, sacó la piedra de alma del cuello de la pequeña niña. Era una piedra de alma muy delicada, atada a una cadena de plata. Sin duda, aquella niña había sido noble en vida.
Sin embargo, ya estaba muerta. Si esta piedra de alma fuera entregada a un experto de rango Oro, podría ayudar a ese experto a aumentar su cultivación aún más.
Nie Li también obtuvo resultados más o menos buenos. Había recolectado una gran cantidad de armaduras de bronce y armas. Había una daga de rango Plata que estaba muy bien conservada e intacta. Aparte de eso, también encontró cristales demoníacos y muchas otras cosas valiosas. Sin embargo, Nie Li todavía no había encontrado la Lámpara Espiritual que buscaba.
La mirada de Nie Li se posó sobre el centro de la sala. Allí había un enorme ataúd de piedra de tres metros de largo y alrededor de un metro de altura. La superficie del ataúd estaba cubierta de misteriosas encarnaciones que, si bien le resultaban bastante familiares, no lograba reconocerlas.
―¿Qué son estas encarnaciones? ―se preguntó.
Al acercarse al ataúd de piedra del Emperador Kong Ming, Nie Li sintió que una fuerza misteriosa corría hacia él. Mientras estaba de pie junto al ataúd de piedra, sentía como si estuviera parado en medio del rugiente océano y pudiera salir volando en cualquier momento. No era de extrañar que los que habían muerto allí no se acercaran al ataúd de piedra.
―Nie Li, ¿qué ocurre con ese ataúd de piedra? ―preguntó Ye Ziyun.
Justo cuando Ye Ziyun se estaba acercando y se encontraba a unos tres metros del ataúd, su rostro se puso pálido de repente y tuvo que retroceder.
―¿Qué pasa? ―preguntó Nie Li, perplejo por el comportamiento de Ye Ziyun.
―¡Cuando me acerqué, sentí un dolor de cabeza terrible! ―respondió Ye Ziyun.
Nie Li frunció el ceño al escuchar las palabras de Ye Ziyun. Este tipo de fuerza le resultaba muy familiar. Era como si algún experto desconocido hubiera puesto una poderosa restricción en el centro del ataúd de piedra. Por lo tanto, Ye Ziyun no pudo acercarse a él. Pero, ¿por qué cuando él se había acercado al ataúd de piedra, no le pasó nada?
¿Podría ser que el ataúd le impidiera el paso solo a las mujeres y no a los hombres? ¿O era que la restricción no tenía efecto sobre Nie Li?
Nie Li se guio por su intuición. Giró la cabeza y le dijo a Ye Ziyun:
―Ve a explorar las otras áreas. Déjame esto a mí.
―Bien ―Ye Ziyun asintió y se dirigió hacia el otro lado.
Nie Li revisó el ataúd de piedra. Este estaba completamente sellado con misteriosos motivos de inscripción de todo tipo en la parte superior. Aunque el conocimiento de Nie Li era vasto, nunca había visto esos patrones de inscripción.
¿Acaso este ataúd de piedra pertenece al Emperador Kong Ming? ¿Por qué la encarnación que se encuentra sobre ella parece no pertenecer a la Era del Imperio Sagrado?