La Reina del Momento se alegró por un corto tiempo. No esperaba que Xie Qing King fuera capaz de abrir diez cerraduras genéticas y derrotar al General de Oro. Pero si viviría o no para ver otro día aún estaba por determinarse. Él había agotado demasiada fuerza y energía en desatar ese golpe devastador, y lo había dejado en la puerta de la muerte. Como mínimo, había ayudado a cambiar las mareas del enemigo y darle la esperanza de salir victorioso.
«Si esa niña puede clavar los últimos clavos en el ataúd del Emperador Demonio de la Copa, podríamos salir de ésta».La Reina del Momento pensó para sí misma, mientras miraba a Zero con ojos esperanzados.