Han Sen fue demasiado perezoso para moverse en primer lugar. Después de escuchar de la mujer que había un refugio humano cerca, decidió descansar sobre su espalda, permitiéndole llevarlo al otro lado de la montaña nevada.
La señora era bastante alta, casi como un hombre. Era difícil decir cuántos años tenía ella. Han Sen sintió que no podía ser demasiado vieja. Su estado físico también parecía bastante normal. Pensó que su índice de condición física era probablemente menor de treinta. Ella podría ser una evolutiva mutante que había entrado en el Santuario de Dios hacía poco, lo que explicaría su bajo nivel de condición física.