Dentro de la Galería Proulx. Una elegante música flotaba sobre todos los presentes, mientras todos los visitantes inspeccionaban silenciosamente una escultura tras otra.
La galería estaba dividida en la galería principal, la galería de expertos, y la galería de maestros
La galería principal abarcaba una enorme cantidad de espacio, y también contenía muchos trabajos de arte. En la esquina noroeste de la galería, había tres trabajos de arte, los cuales emanaban un aura muy única. Cualquiera que pasase tiempo estudiando el arte de esculpir de inmediato sentiría tal aura.
Pero había más de diez mil trabajos de arte en la galería, y esas tres esculturas eran como agujas dentro de un océano. Era muy difícil para cualquiera ponerles alguna atención.
—Muchas de esas esculturas se sienten vacías. Tienen forma pero no tienen alma.
El Conde Juneau de 180 años de edad caminaba lentamente a través del salón principal, y su mirada se movía rápidamente pasando de una escultura a otra. No tenía ningún otro hobbie; lo único que le gustaba eran las esculturas. Cada día, pasaba la mañana paseando a través de la Galería Proulx.
Pero dentro de la galería principal, había unas cuantas esculturas capaces de atraer el interés del Conde Juneau.
—Milord Conde, ¿hay alguna escultura que le haya gustado? —dijo una hermosa asistenta a su lado. Debido a que el Conde Juneau iba cada mañana, todos los asistentes que trabajaban en la Galería Proulx se habían vuelto muy familiares hacia él.
El Conde Juneau negó con la cabeza y rio.
—No he encontrado nada aún.
—Milord Conde, la calidad de las esculturas aquí es muy inferior a las que están en el salón de expertos y el salón de maestros. ¿Por qué pasa cada mañana aquí? —dijo la asistenta cortésmente.
El Conde Juneau intencionalmente soltó una misteriosa risa.
—No entiendes. Hay incontables esculturas dentro de este salón. Tal vez haya algunos buenos trabajos escondidos dentro. La sensación de buscar oro al tamizar a través del lodo es bastante maravillosa.
—¿Oh?
La asistenta observó al Conde Juneau quisquillosamente.
El Conde Juneau no explicó más. Él continuó evaluando una escultura tras otra sin parar, pero cuando llegó a esas tres esculturas esculpidas por Linley, sus ojos se iluminaron. Habiendo evaluado esculturas por más de un siglo, él podía discernir inmediatamente que esas tres esculturas eran especiales.
—Fresca, natural, orgullosa y distante…
El Conde Juneau no pudo evitar halagarlas.
La palabra era 'esencia'. Para que un trabajo de arte se le sea dado el término de un 'buen' trabajo de arte, tenía que tener esa cierta esencia especial. Con solo una mirada, el Conde Juneau podía decir que esos tres trabajos de arte emanaban un aura fresca, orgullosa y distante. Fue esa aura única la que lo detuvo.
—Ven aquí, ayúdame a poner una oferta. Por esas tres esculturas estoy dispuesto a ofertar cien monedas de oro por cada una —dijo el Conde Juneau a la asistenta.
La asistenta de inmediato sacó un libro de registro. Después de escribir el número de registro de cada escultura, ella tomó tres piezas de papel y las puso al costado de las esculturas, con cada pieza de papel teniendo escritas las palabras 'cien monedas de oro'.
Mientras la asistenta estaba haciendo su trabajo administrativo, el Conde Juneau continuó explorando esas tres esculturas.
—¡Espera un segundo!
Los sombríos ojos de Juneau de repente se iluminaron mientras miraba fijamente la escultura del 'Velocidragón'.
—¿Cómo es posible que la armadura de escamas en la espalda del Velocidragón comparta la misma línea exterior con la pierna como si fuesen hechas como parte de una serie? Lógicamente hablando, el caparazón de escamas debió haber sido tallado con un cincel mariposa, mientras que la pierna debió haber sido tallada usando un cincel plano. No importa cuán cuidado fuese uno, ¡un escultor no puede hacer que las líneas fluyan tan perfectamente al 100%!
El Conde Juneau había estudiado escultura por más de un siglo.
Originalmente no era un noble particularmente rico, pero basado en su afilada vista, él había recolectado muchas esculturas a bajo precio las cuáles después vendía a un precio mucho mayor. Así fue cómo el Conde Juneau se convirtió en uno de los nobles más ricos de la Ciudad de Fenlai.
—¿Puede ser que esa fuese tallada usando una sola herramienta? Imposible, además del cincel mariposa, ¿qué herramienta posiblemente podría haber sido usada para tallar tan perfectos y exquisitos detalles en cada escama?
El Conde Juneau frunció el ceño, concentrándose con ferocidad. Él nunca había visto algo tan extraño.
—¿Milord Conde? —al verlo aturdido, la asistenta no pudo evitar llamarlo con suavidad.
Los ojos del Conde Juneau destellaron.
Se dijo a sí mismo: —No esperaba encontrar tal trabajo de arte único en el salón principal de la Galería Proulx. No puedo dejar que otros lo noten. Si oferto cien monedas de oro, algunas personas notarán algo especial. Eso podría causar que el precio se incrementase dramáticamente.
El Conde Juneau hizo su decisión de inmediato.
Él dejaría esas esculturas solas por unos cuantos días, y volvería después para ofertar durante los últimos dos días.
—Ayúdame a cancelar mi oferta —dijo el Conde Juneau directamente a la mujer a su lado.
—¿Cancelar?
La asistenta estaba perpleja. Basada en sus reglas, una vez que una oferta era hecha, no podía ser retractada. Pero el Conde Juneau era un cliente muy antiguo de la Galería Proulx, así que la asistenta removió las tres etiquetas.
—Milord Conde, ¿podría preguntar por qué se ha retractado de su oferta? —preguntó la asistenta.
El Conde Juneau sonrió misteriosamente.
—No hay necesidad de preguntar. Oh, cierto, quiero saber, ¿cuántos días han estado en muestra esas tres esculturas?
La asistenta volteó las hojas de registro y luego sonrió. Dijo: —Esas tres esculturas estarán en muestra hasta el 30 de junio. Fueron traídas al salón principal ayer.
El Conde Juneau asintió frenéticamente.
—Muy bien, caminaré alrededor un poco. Puedes ir y hacer lo que necesites hacer.
El Conde Juneau sonrió.
Pero en su corazón, el Conde Juneau se regocijaba secretamente. En su evaluación, el verdadero valor de esas tres esculturas debía estar en el rango de las tres mil piezas de oro. Una escultura ordinaria hecha por un experto era digna de alrededor de mil monedas de oro, y esas tres esculturas fueron talladas de una manera muy única. Solo basado en eso, la evaluación actual sería doblada.
...…
El Conde Juneau continuó visitando la galería cada día. De hecho, justo como esperó, debido a que la Galería Proulx tenía muchas esculturas, nadie más se las arregló para descubrir esas tres esculturas. Incluso si alguien lo hubiese hecho, ellos solo hubiesen sentido que las esculturas se veían bien, y no podrían haber visto el verdadero valor de esas esculturas.
10 de junio.
El Conde Juneau una vez más arribó a la Galería Proulx. Paseando casualmente por el salón principal, él fue a través de las selecciones. Pero al momento en el que llegó al lugar de esas esculturas, su rostro se tensó. Al costado de cada escultura había etiquetas de ofertas.
Tres esculturas, cada una con una oferta de trescientas monedas de oro.
Al ver esa oferta, el Conde Juneau comenzó a hervir por dentro.
—¡Tonto! Incluso si vez el verdadero valor de las esculturas, ¿por qué ofertas ese precio tan enorme de golpe? Eso solo atraerá más la atención.
El corazón del Conde Juneau estaba lleno de furia, pero no había nada que él pudiese hacer. No tenía la autoridad para retractar la oferta de alguien más.
Todo sucedió como él predijo y temía.
12 de junio. El Conde Juneau llegó una vez más al lugar de aquellas tres esculturas. Pero en ese momento, el precio había cambiado una vez más.
—¿Quinientas monedas de oro? —los ojos del Conde Juneau se entrecerraron—. Parece que hay algunas personas que conocen la calidad cuando la ven.