—Bajen el tono de sus voces, no pueden ser ruidosas aquí—intervino una enfermera.
—Mamá, cálmate.
—Cállate, todo es tu culpa, pequeña bruja, causaste la muerte del padre de Zhixin y ahora has venido a llevarte a Zhixin. ¿Qué pude haber hecho para merecerme una hija maldita como tú? ¡Qué mal karma! —dijo Yang Meirong llorando y golpeando a Huo Mian.
Huo Mian misma se encontraba en un estado sombrío, y no tenía más palabras que ofrecer.
—¿La familia Qin hizo esto? ¿Es esta otra retaliación porque has vuelto a ir tras su hijo? Dímelo, dímelo ahora —Yang Meirong gritó, tomando a Huo Mian del cuello.
—Mamá, cálmate, el Señor Yao dijo que fue un accidente múltiple, no un ataque dirigido específicamente a él —explicó Huo Mian.
—No me lo trago, no me lo creo. Debe ser tu culpa, seguro es esa familia de nuevo, deben ser ellos, los mataré—finalizó Yang Meirong y corrió hacia la salida.