—… ¡Xing Lan! ¡Felicitaciones, Xing Lan!
En un instante, todo el lugar estalló en un aplauso; la victoria de Xing Lan fue bien merecida.
Otra razón para su entusiasmo era el hecho de que Xing Lan representaba a la minoría de personas que lograban conseguir justicia. Había trabajado duro para perseguir su sueño y confiado en su verdadero talento para retomar el control de su vida. Esto fue una fuente de motivación para muchas personas dentro y fuera de la industria del entretenimiento.
Al menos, había alguien que no confiaba en sus contactos para avanzar en la industria. Esto abría a todos a innumerables posibilidades.
Mientras recibía el trofeo, Xing Lan lloró como un bebé. Con el trofeo en su mano derecha, murmuró:
—Ning, lo hice. Lo hice...
Mientras tanto, los jueces se reían. Xing Lan era muy tierna y la forma en que se expresaba tan honestamente, era demasiado adorable.
—Esta chiquilla tiene un futuro prometedor.