Chereads / The Walking Dead: Reborn in the Apocalypse / Chapter 31 - Capitulo 31 : Masacre

Chapter 31 - Capitulo 31 : Masacre

---

La ira me consumió por completo, convirtiéndome en una tempestad de violencia y destrucción. Con un objetivo claro en mente, hice un torniquete en mi muñón para detener la hemorragia mientras activaba mi habilidad de *Percepción*.

El Gobernador apenas estaba saliendo del edificio, y yo no iba a permitir que escapara. Corrí con una velocidad sobrenatural. Aunque el *Traje del Cazador* me permitía ignorar el dolor físico, el ardor constante en la marca de mi nuca persistía, como un recordatorio de que algo dentro de mí estaba cambiando. No tenía tiempo para pensar en eso. Solo tenía un objetivo: acabar con el Gobernador.

Mientras corría por los pasillos del edificio, cada paso resonaba con un eco de muerte. Los soldados que se cruzaban en mi camino caían uno tras otro. Mi katana cortaba el aire con una precisión letal,en un baile macabro. A veces, usaba mi pistola, disparando con una precisión mortal que solo *DeadEye* podía proporcionar. Me aseguré de que sus heridas fueran fatales pero no instantáneas, dejándolos agonizar en el suelo, sus gritos de dolor llenando el aire. Mi mente se nublaba por la ira, y todo a mi alrededor parecía teñirse de rojo. La sed de venganza me consumía, y no había lugar para la compasión.

Una vez fuera del edificio, noté que había amanecido. La gente comenzaba a salir de sus casas, creyendo que el peligro había pasado. Pero yo seguía aquí, vivo, y mi venganza no estaba completa. Fijé mi vista en el Gobernador, que estaba a varios metros de distancia, junto a Merle. Saqué mi arma y activé *DeadEye*. El Gobernador se sorprendió al verme y usó a un civil como escudo humano. No me importó. Disparé, matando al inocente que estaba en el camino, pero las otras balas impactaron en ambas piernas de Merle, incapacitándolo.

Los soldados restantes no tardaron en reaccionar, abriendo fuego contra mí. Con mi nueva velocidad, era mucho más fácil esquivar sus balas. Usé a los civiles como cobertura, sin sentir culpa alguna. Los soldados dudaban en disparar, y en ese momento de indecisión, los eliminé con *DeadEye*. Acabé con cada uno que tuviera un arma en la mano, asumiendo que eran mis enemigos. Cada disparo, cada corte de mi katana, era un paso más hacia mi venganza. Estaba completamente cubierto de sangre ,tanto mia como de los enemigos.

El Gobernador, ese bastardo creyó que podría escapar, pero le disparé en la pierna y me acerqué a él. Con una patada, le rompí la otra pierna. Fue como golpear una ramita; su pierna quedó hecha pedazos, con el hueso sobresaliendo. Sus gritos de dolor eran música para mis oídos. Lo arrastré por su pierna herida y me acerqué a Merle, y solté al gobernador que yacía en el suelo, Solo me dio una mirada de odio antes de que intentara sacar su arma le corte la única mano que le quedaba y destrui su prótesis. Lo miré sufrir por unos momentos antes de clavarle mi espada en el hígado. Murió poco después.

Me volví hacia el Gobernador, que seguía consciente y sufriendo. Lo arrastré por su pierna rota mientras salía del pueblo, ignorando sus gritos de dolor. El pueblo estaba lleno de cadáveres, tanto de soldados como de civiles. Aún quedaban algunos civiles escondidos en sus casas, pero no me importaba su destino. Sabía que no sobrevivirían mucho tiempo; no sabían pelear, y aunque pudieran recoger las armas de los soldados muertos, no tendrían ninguna posibilidad contra una horda de caminantes.

Algo dentro de mí se había roto. Ya no sentía culpa ni remordimiento. Solo miraba hacia adelante, arrastrando al Gobernador como un trofeo macabro. Una vez que estuvimos lo suficientemente lejos, lo miré. Su mirada estaba llena de terror, y eso me satisfacía..... o en realidad eso quería , la verdad es que no podía sentir nada.

Intenté vendar sus heridas lo mejor que pude con una sola mano, solo para asegurarme de que no muriera demasiado pronto. Luego, comencé a golpearlo sin parar, conteniéndome lo suficiente para no matarlo de inmediato. No quería que perdiera el conocimiento; quería que sintiera cada golpe, cada momento de dolor.

Sabía que esto no me haría sentir mejor. Sabía que no devolvería a los que habíamos perdido. Pero no podía detenerme. Golpeé al Gobernador una y otra vez, una y otra vez , una y otra vez, hasta que sus gritos atrajeron a los caminantes.

Lo miré con un odio que no podía controlar, pero nada podría apaciguar mi ira o la frustración que sentía. Me marché, dejándolo a merced de los muertos vivientes.

Caminé lentamente hacia la prisión, agotado y al borde del colapso. El *Traje del Cazador* se desvaneció, y el dolor de todas mis heridas me golpeó de lleno. Era insoportable, multiplicado por la consecuencia de usar el traje. Caí al suelo, incapaz de seguir. Comencé a perder la conciencia, pero antes de que todo se volviera oscuro, escuché mi nombre a lo lejos. Vi borrosamente a Rick, Daryl y Maggie corriendo hacia mí. Sus rostros estaban llenos de terror al verme en ese estado. Fue lo último que vi antes de susurrar: "Lo siento... ,Maggie."

Todo se volvió oscuro.

---