**Punto de vista de Kimberly**
Había esperado casi una hora en la cafetería, pero ninguno de mis amigos apareció. Ni Hannah ni Louis entraron. Seguí mirando a mi alrededor, esperando verlos, pero nada. Después de lo que pareció una eternidad, me frustré y decidí irme.
Cuando me giré para irme, un recuerdo me golpeó, algo que Mona había dicho antes. Me quedé paralizada, uniendo todo. Prácticamente se había jactado de secuestrar a mis amigos antes de que saliera de casa.
—¿Cómo puede ser tan despiadada? —murmuré para mí misma, luchando por controlar mi creciente enojo. Cada día parecía que tratar con Mona se volvía más insoportable. Pero enojarme no ayudaría. Tenía que concentrarme en encontrar a mis amigos. Esa era mi prioridad ahora.
Volviendo a la cafetería, me acerqué a dos camareros que estaban junto a la puerta principal. Al acercarme, los saludé cortésmente —Hola.
Uno de los camareros sonrió y respondió —Hola, señora. El otro solo asintió, evitando el contacto visual.