El sol asomaba tímidamente entre las cortinas ajadas del hostal. El cuarto, pequeño y opresivo, se llenaba con un débil aroma a humedad mezclado con el olor rancio de la madera vieja. Ethan estaba sentado en el borde de su cama, inclinándose hacia la mesa improvisada formada por un par de sillas apiladas. La pantalla de su laptop proyectaba una luz azulada que iluminaba sus facciones tensas. Tenía el ceño fruncido mientras repasaba un artículo en un periódico digital. A su lado, una taza de café frío estaba olvidada.
Del otro lado de la habitación, Dylan afilaba su cuchillo. El sonido repetitivo del acero rozando contra la piedra rompía el silencio de forma monótona. Cada raspado parecía resonar en la mente de Ethan, volviendo más difícil concentrarse en su investigación.
-- Creo que encontré algo -- dijo Ethan de repente, su voz cargada de una mezcla de entusiasmo y cansancio.
Dylan levantó la vista, pero su expresión seguía imperturbable. Sus ojos, oscuros y vigilantes, estaban fijos en Ethan como si intentaran leerlo antes de responder.
-- ¿Qué tienes? --
Ethan giró la laptop hacia su hermano y señaló un titular con el cursor.
-- Tres muertes en las últimas dos semanas. Todas las víctimas aparecen desangradas, pero no hay heridas visibles en los cuerpos. La policía está desconcertada, y las autopsias no encuentran rastros de veneno ni signos de lucha -- explicó Ethan con rapidez. -- Esto suena a vampiros, o tal vez algo más raro --.
Dylan se acercó, inclinándose sobre la mesa para leer los detalles. A medida que lo hacía, sus ojos se entrecerraron, y su mandíbula se tensó.
-- ¿Cuánto tiempo nos tomaría llegar hasta allí? -- preguntó sin apartar la vista de la pantalla.
-- Cuatro horas en carretera, si no hacemos paradas -- respondió Ethan. Su tono era pragmático, casi frío, mientras intentaba medir la reacción de Dylan.
Dylan asintió lentamente y se enderezó.
-- Perfecto. Empaca tus cosas. Salimos en diez minutos -- ordenó, como si fuera lo más natural del mundo.
Ethan lo miró con incredulidad, dejando escapar un suspiro exasperado.
-- ¿Eso es todo? ¿No crees que deberíamos planear esto mejor? No sabemos qué tipo de criatura enfrentaremos. Podría ser un vampiro o algo completamente diferente. Si no tenemos un plan, podríamos terminar muertos --
Dylan lanzó una mirada de impaciencia mientras metía el cuchillo en su funda.
-- Ethan, no tenemos tiempo para sentarnos a planear cada detalle. La gente está muriendo. Cuanto más tardemos, más sangre habrá en nuestras manos. ¿Eso quieres? --
-- ¡Claro que no! Pero si te lanzas a ciegas, serás tú quien termine muerto. Y no quiero otra maldita tragedia en mi vida, ¿entiendes? -- respondió Ethan, con la voz quebrándose al final.
Dylan se detuvo por un momento, su expresión endurecida titubeando ligeramente. Sin embargo, la rigidez regresó tan rápido como se había ido.
-- Ya hablamos de esto. Tú haces las preguntas, yo me encargo de lo demás. Esa es nuestra dinámica. Si no te gusta, entonces quédate aquí -- replicó, dando media vuelta para recoger su chaqueta.
Ethan apretó los puños, sintiendo cómo la frustración hervía dentro de él.
-- ¡Siempre decides tú! ¡Siempre piensas que sabes mejor! ¿Qué tal si alguna vez escuchas lo que yo tengo que decir? ¡Somos hermanos, Dylan, se supone que somos un equipo, no un maldito ejército! --
Dylan se giró lentamente, con los ojos oscuros como el acero.
-- ¿Un equipo? ¿Desde cuándo? Porque la última vez que revisé, tú nos abandonaste. A mi y a mi padre. Así que no me vengas con discursos de camaradería, Ethan --
El silencio que siguió fue espeso, cargado de emociones no dichas y heridas aún abiertas. Ethan se quedó sin palabras, y Dylan aprovechó para salir del cuarto, cerrando la puerta con un golpe seco.
Dylan caminaba hacia el Impala con pasos rápidos, intentando calmar la ira que hervía dentro de él. Sabía que había sido duro con Ethan, pero no podía evitarlo. Cada discusión sacaba a flote viejos resentimientos que nunca habían tenido tiempo de sanar.
Cuando estaba a punto de arrancar el auto, su teléfono sonó. El nombre "Claire" parpadeó en la pantalla, y Dylan frunció el ceño antes de responder.
-- ¿Claire? ¿Qué pasa? --
-- Dylan... necesito tu ayuda -- dijo una voz femenina al otro lado de la línea. Había un temblor en su tono, como si estuviera conteniendo el pánico. – Te acuerdas el favor que me debes, es hora de cobrarlo. Un espíritu o.… no sé qué es, pero está aquí y siento que algo malo me va a suceder. Necesito tu ayudo. Por favor, ven --
Dylan apretó los labios, sintiendo cómo una nueva carga caía sobre sus hombros. Claire no era solo una amiga; era alguien que lo había ayudado en su momento más oscuro, y ahora ella lo necesitaba.
-- Estoy en camino. Mantente segura y no hagas nada hasta que llegue -- respondió, antes de colgar.
Ethan sale de la habitación hacia el Impala
-- Cambio de planes Ethan,
-- Qué pasa Dylan, ¿cuál es el problema?,
-- Una amiga me necesita, está en problemas – Ethan sorprendido por el cambio de planes repentino, encima que Dylan estaba apurado en salir a la carretera para resolver la situación
-- No lo entiendo Dylan, ¿Qué amiga?, tenemos un caso que resolver –
-- No tengo tiempo de explicarte Ethan, debo irme, déjame solucionar esto y te veré en la ciudad. Cuídate --
Se sube al auto y mientras lo arranca, una punzada de culpa lo atravesó. Sabía que Ethan no entendería por qué se desviaba de su camino, pero no tenía elección.
Horas más tarde, en un carro robado Ethan llega solo a la pequeña ciudad mencionada en el artículo. La atmósfera era extraña, como si el aire mismo estuviera cargado de tensión. Las calles eran tranquilas, pero había algo en la forma en que los lugareños lo miraban que lo ponía en alerta.
En un pequeño bar local, Ethan intentó obtener información. Mostraba la foto de los fallecidos y hacía preguntas sobre las muertes recientes, pero la mayoría de las personas evitaban responder. Finalmente, una anciana de cabello gris y ojos penetrantes se acercó a él.
-- ¿Eres un cazador? -- preguntó ella, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
Ethan parpadeó, sorprendido.
-- ¿Por qué lo pregunta? --
-- Porque sólo un loco o un cazador preguntaría sobre esas muertes. Si eres lo primero, te recomiendo que te vayas. Si eres lo segundo, entonces más vale que estés preparado. Lo que sea que está matando a esa gente... no es humano -- dijo la mujer, antes de marcharse con una risa amarga.
Ethan sintió un escalofrío recorrer su espalda. Supo en ese momento que estaba entrando en territorio peligroso, pero no podía retroceder. No esta vez.
Por otro lado…
En casa de Claire, Dylan se enfrentó al espíritu que la atormentaba. Usó sal, hierro y todos los métodos que su padre le había enseñado, pero el ente parecía más fuerte de lo esperado. Mientras luchaba, no podía evitar pensar en Ethan, preguntándose si estaría bien enfrentándose al caso solo.
Cuando finalmente luego de una lucha exhaustiva logró desterrar al espíritu, Claire lo abrazó con fuerza, sus lágrimas mojando su chaqueta.
-- Gracias, Dylan. No sé qué habría hecho sin ti -- dijo ella, con la voz quebrada.
Dylan le dio una palmadita en la espalda, pero su mente ya estaba en otro lugar.
-- De nada, Claire. Por más de que me gustaría quedarme aquí y conversar, tengo que irme. Mi hermano me necesita –
De manera inmediata se sube al Impala y se mete en la carretera de camino a buscar a su hermano menor.
Cuando Dylan y Ethan se encontraron nuevamente, el cansancio era evidente en sus rostros. Ethan, herido en su orgullo y físicamente agotado, apenas levantó la vista para saludar a su hermano.
-- ¿Cómo te fue? -- preguntó Dylan, intentando sonar casual.
-- Sobreviví. Aunque, sinceramente, no pensé que lo lograría solo -- admitió Ethan, con un tono amargo.
Dylan suspiró y se sentó a su lado.
-- Sé que estás molesto. Pero hice lo que tenía que hacer. Claire me salvó la vida una vez, y no podía dejarla sola -- explicó, intentando sonar razonable.
Ethan asintió lentamente, pero la herida seguía abierta.
-- Tal vez deberíamos empezar a pensar más como un equipo. Si seguimos separándonos, uno de nosotros no va a regresar -- dijo, con una voz cargada de preocupación.
Dylan lo miró a los ojos y asintió.
-- Tienes razón. Lo siento, Ethan. Intentaré hacerlo mejor. Pero necesitas confiar en mí tanto como yo intento confiar en ti. Después de todo soy tu hermano mayor, te guste o no --