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¡Las 493 vidas de #7859!

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Synopsis
Un chico de 20 años terrestres y 23 000 años luz de donde proviene, amante de la repostería y obsesionado con las figuras de gatitos, se encuentra pasando su 493 vida como castigo por un crimen del cuál fue el principal sospechoso para luego ser determinado como culpable, sin embargo, su rutinaria condena se verá afectada por extraños y diversos sucesos que comenzarán a suceder. Aunque este no quiere aceptar un papel en estos hechos, se vera obligado a asumir un papel y luchar contra seres que comenzarán a surgir a partir de grietas que se están formando en distintas partes de la tierra, lo que le encaminara a un viaje que le llevará a descubrir nuevos misterios y a conectar hechos que le harán descubrir una verdad inimaginable ¿Será #7859 el verdadero culpable de aquel crimen? ¿Cuál será la verdad que ha estado oculta y disfrazada durante miles de años? Todo eso y más, descubre lo leyendo: ¡Las 493 vidas de #7859!

Table of contents

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Cap 013 hours ago
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Chapter 1 - Cap 01

27 de agosto, año 2457

Hora: 11:17 p.m.

—¡BASTA, POR FAVOR!—

Sin poder resistir algún otro de golpe, Li Wei se encontraba agonizando debido a las constantes torturas q las que había sido sometido desde que llegó a aquel lugar, no lograba recordar el como llegó a tal punto, sin embargo, el motivo por el que se encontraba allí lo conocía perfectamente.

Constantemente, mientras se encontraba únicamente con la vacía y devastadora oscuridad de la habitación en la que había sido retenido, y el único rayo de luz de luna que se asomaba por una pequeña grieta que había en la pared, se cuestionaba del porqué de las cosas, ¿por qué era él al que le tocaba vivir ir aquel infierno?, ¿por qué él?, ¿de verdad él tenía la culpa de todo?, ¿de verdad merecía lo que le estaba pasando?

Quería creer que no, pero ya era tarde, aquella idea había sido implantada en él y ya no podía quitársela de la cabeza, ¿qué le había hecho llegar a aquella conclusión? Fácil, un niño de 15 años, inútil, enfermo y débil, que no sabía valerse por sí mismo y dependía del cuidado de los otros para poder vivir (específicamente su madre), quien desde su nacimiento ya había causado molestias en la vida de otros y no merecía nada, así de malo era el concepto de sí mismo, aunque claramente esto no siempre fue así, su madre se había encargado de recordarle cada que podía que fue gracias a él que no vivían bien, que fue gracias a èl que su esposo, SU padre, los había hecho de lado y que gracias a él su vida se haya arruinado. Siempre que podía o se encontraba de malhumor se desquitaba con él, lo que le decía dependía muchas veces de cuán molesta o frustrada se sentía, pero lo que más solía decirle era algo como:

—"Ja, ¿rezarle a un Dios? Dime, ¿de qué sirve rezarle o siquiera creer en uno?, ¿no crees que si alguno existiera, tú no estarías aquí? Mírate, la única razón por la que comenzaría a rezar o a creer será el día en el que despierte y no te encuentre, no eres más que un títere frágil y débil, necesitas que jalen de tus cuerdas para poder funcionar, si ni Dios te quiso, ¿qué esperas de los demás? Escucha, ¿quieres hacerle un favor a los demás? Muérete, piérdete, DESAPARECE, y quizás así yo pueda rehacer la miserable vida que me tocó al tenerte durante 14 años".

Pobre niño, escuchar aquello días antes de su cumpleaños y por parte de su propia madre, era sumamente desgarrador, aunque ya se había acostumbrado a tal trato por parte de ella, no le dejaba de doler.

Había rezado tanto a Dios o a quien sea que lo escuchara para que se recupere de su enfermedad, que lo único que consiguió fue que su madre lo odie aún más y que le diga algo que lo dejaría marcado de por vida, aunque eso no importaba mucho, ya que después de todo, su vida en realidad no era suya.

—¡POR FAVOR, POR FAVOR, POR FAVOR! No tengo NADA que ver con mi padre, lo juro!—

—A ver a ver, escucha bien perra enfermiza, si no llamas a alguien de tu familia y no pagan lo que queremos serás despedazado, hueso por hueso hasta no quedar ni un solo pedazo de polvo que recuerde que alguna vez exististe.

Sin más, tiro de un empujón a Li Wei hacia un teléfono que se encontraba timbrando.

El corazón de Li Wei latía con fuerza, la esperanza para él parecía perdida, sin embargo, cuando levantó el teléfono, alguien contestó del otro lado. Para sorpresa suya era su padre quien había contestado.

Entre lágrimas explicó rápidamente lo que estaba ocurriendo, rogándole que le ayude, que lo sacara de aquel lugar, mas al escuchar la respuesta que le había dado su padre se quedó conmocionado, su delgado y sucio rostro manchado de tierra y sangre tenía una expresión fea y penosa a la vista de los demás que se encontraban en la habitación, con los ojos abiertos a más no poder, debido a que su padre, su último rayo de luz para salir de aquel mundo de oscuridad, le había negado todo tipo de ayuda y aún no conforme con eso, se dispuso a entregárselo a los secuestradores.

—¿Li Wei? Suena como el nombre de una prostituta, además yo NUNCA engañarla a mi mujer. No sé quién eres ni por qué estás llamándome, pero te sugiero que no vuelvas a molestarme, no quiero recordar ni tener nada que ver con uno de mis errores del pasado, hasta nunca."—

El sonido seco de la llamada terminada resonó como un martillo en la mente de Li Wei.

Por un instante el tiempo pareció detenerse, como si el universo disfrutara y estuviera burlándose de su dolor. No habían lágrimas que pudieran salir ya que incluso el llanto se le había sido arrebatado, cayendo finalmente al abismo del cual muchas veces había tratado de escapar.

—¿Así que ni tu propio padre te quiere, eh?—Una risa burlesca llenó el aire, proveniente del jefe. Sus ojos brillaban con una mezcla de sadismo y aburrimiento, como si ya hubiera perdido todo el interés en su frágil víctima.

—Esto es patético, nadie va a venir por ti chico, nadie. Deberíamos deshacernos de él jefe, ya no nos sirve de nada.—Dijo uno de los miembros de la pandilla, con el resto dándole la razón y apoyando la idea.

—Mm, ¿Han alimentado a mi cerdos?—Preguntó

—No, jefe—Respondió otro

Li Wei ya no escuchaba lo que decían, su cuerpo le dolía, tenía hambre y sueño, estaba cansado de todo, se encontraba temblando, no por el frío, sino por la certeza que había en las palabras de aquella persona, nadie vendría a por él, y sin poder resistir un poco más, cayó desmayado al frío suelo sin nadie que se preocupe por su estado.

Mientras se encontraba inconsciente, algo extraño sucedió. Una chispa se encendió, un recuerdo, no sabía lo que era ni como describirlo, quizás era algo enterrado en su subconsciente, pero no podía ser, porque los únicos recuerdos que tenía era con su madre.

Una voz cálida y extrañamente familiar se encontraba hablándole, un rostro borroso asomado en su mente, no sabía quién era, pero si podía ver el resto de él, le ganaba en altura como por unos 15 cm, cabello pelirrojo revoltoso, tez clara, llevaba el uniforme de una preparatoria un tanto desarreglada, pero lo más raro era que una de sus manos se encontraba acariciando la cabeza de Li Wei, logrando escuchar unas pocas palabras.

—"Li Wei, no importa cuán oscuro sea el camino que recorras, si necesitas ver, seré la luz que te guíe al caminar. No temas, estoy contigo, siempre lo estaré"—

Su corazón se encontraba lantiendo rápidamente, una calidez lo invadió, no podía recordar quien era la persona que se lo había dicho, quería saber, necesitaba saber, ¿quién era?, ¿quién era la persona que quería acompañarlo sin importar a donde vaya?, ¿quién?, ¿quién?, ¿quién?, ¿QUIÉN?

Li Wei no podía hablar.

Al volver en si mismo, se dio cuenta que ya no se encontraba en la habitación en la que había sido recluido durante semanas, sino que estaba en una mucho más estrecha y asfixiante, no podía dar más de 3 pasos antes de llegar a la puerta, la cual, por cierto, se encontraba con llave, vaya sorpresa.

¿Cómo había llegado ahí? Y peor, ¿qué iban a hacer con él?

.

.

.

Había pasado un tiempo desde que lo dejaron en aquella sitio, los segundos parecían horas y las horas días. No sabía que esperar, creía que podría perder la cabeza si seguía así, no le daban comida desde hace unos días, y tampoco veía la luz del sol desde que lo tomaron como rehén,sin hablar de la deshidratacion que lo estaba matando, con todos esos factores juntos, su salud se iba deteriorando cada vez más, tosiendo sangre espesa y oscura.

Hace mucho que ya se había rendido antes cualquier tipo de esperanza, ¿qué podía hacer? No podía permitirse fantasear en aquel lugar, y tampoco tenía las fuerzas suficientes como para armar un plan e irse.

Dedicado a morir solo y abandonado en aquel lugar, diviso a lo lejos una luz que se se asomaba cada vez más por una pequeña ventana que permitia tener visión al exterior. Aquello cubrió por completo donde se encontraba.

—¿Hola?—dijo Li Wei

Nadie respondió, en lugar de eso, lo que sea que se encontrara al otro lado de la puerta hizo uno un tanto peculiar, era como un "Nweu" pero con un tono extraño y agudo. Aquello no coincidía con nasa de lo que Li Wei hubiera escuchado, aunque extrañamente podía jurar que algo en aquel sonido le resultaba familiar.

Sin poder descubrir lo que era o de donde provenía aquella luz, en un abrir y cerrar de ojos algo corrió rápidamente hacia el y lo abalanzó hacia el suelo, Li Wei inmediatamente trato de alejarse, pero aquella "cosa" se encontraba siguiéndolo a cada rincón al que corría, jugando al gato y al rato en un paso reducido a menos de 4 metros de ancho, así hasta que se canso, su corazón comenzó a latió más rápido y su respiración aceleraba, a la vez de que se estaba mareando, se hubiera desmayado nuevamente si no hubiera sido por aquella cosa que se le acercó y emitió un leve brillo en su pecho, logrando estabilizarse de inmediato y tranquilizarse un poco más.

—Oye, tú...¿Qué eres? No pareces de por aquí, y...lo que hiciste, ¿qué fue eso? Brillante, eso no es para nada normal, ¿acaso eres un alíen?—

—Nweu—

—No suenas como uno, pero no puedo verte bien, ¿podrías volver a brillar, por favor?—

—Nweu—

Al iluminarse a habitación por el brillo que desprendía de aquel ser, se pudo ver más claramente el como era. Aquello que flotaba en el aire, tenía la forma de una esfera con símbolos extraños que Li Wei no entendía, cubriéndolo por todas partes, y también poseía una raya por la mitad de su rostro, con un color llegando a cubrir uno de sus ojos, los cuales eran de color negro azabache.

—Que extraño, nunca había visto algo así...¿Qué estás haciendo?—

Aquello se había acercado a la frente de Li Wei, el silencio nuevamente se había apoderado de aquel lugar, lo que le resultaba incomodo, pero antes de que pudiera decir una sola palabra, nuevamente un brillo proveniente de aquella esfera comenzaba a surgir, provocando un fuerte dolor de cabeza en el, lo que le haría perder la conciencia otra vez.

Tras despertar después de un largo rato, abrazo a la esfera que se encontraba a su lado, cuidándolo cuidándolo en lo que despertaba.

—¡Miu! ¡Te extrañé mucho bolita! ¿estuviste solo mientras ti estaba en esta vida?—

—Nweu—

—Oh, ya veo, me alegro, y...¿Qué hiciste? Actualizame—

—Nweu Nweu Nweu Nweu Nweu Nweu Nweu Nweu...—

Miu y Li Wei, aunque no lo parezca, estaban en medio de una conversación en la que solamente ellos dos se entendían, pues al Li Wei ser el "portador", tenía la capacidad de entender y comprender lo que este le decía, el como se sentía y cuales eran sus pensamientos

—¡¿QUÉ?! ¡¿CÓMO QUE AHORA ERES MILLONARIO AQUÍ EN LA TIERRA?! ¡¿PUES DE QUÉ TANTO ME PERDÍ SI SOLO ME FUI UNOS AÑOS OTRA VEZ?!—

—¡Nweu!—lo que traducido significaria: "¡No grites!"

—Cierto, cierto, esos idiotas todavía deben de estar por ahí, buscando el como deshacerse de mi—luego de un largo y pesado suspiro, solo atino a decir algo más—Si estas aquí es porque nuevamente llego la hora. Bien, escucha amiguito, es hora de que te vayas, sabes que no te pueden ver y ya están en camino hacia acá.

—¡Nweu!—"¡No me quiero ir, por favor, déjame quedarme a tu lado!"

—¡No! Sabes que no me gusta gusta te quedes, y si lo haces, ellos te castigaran. Ve, pronto volveré a casa, y quizás para ese entonces ya hayas evolucionado, crece rápido, ¿si? Así podre llevarte a la casa al lado de las cascadas, tal y como te lo prometi—los pasos y las voces del exterior se podían escuchar cada vez más cerca, el tiempo de Li Wei y Miu se había terminado— Zephyr y Camille deben de estar esperando a que vuelvas, activar grabación de mensaje:

"Zhepyr, Camilla, los extraño chicos, no se preocupen por mi, nuevamente tuve una buena vida, pero el final es el mismo, Miu no necesita venir para hacer algo más que su trabajo, cuidenlo en mi lugar por favor, hasta las próximas 1000 estrellas".

Es todo, ¡VE! ¡AHORA!

....

—Oh vamos, no me mires con esa cara, no puedo seguir manteniendo al hijo inútil de una prostituta en mi casa, y menos cuando no me va a servir de nada—

Aquel tipo se agacho hasta el nivel de Li Wei, quien se encontraba sentado y con su cabeza de lado mirando fijamente a la pared, con sus ojos nublados y perdidos, poniendo su sucio mano en el frío rostro del menor.

—No me culpes ni me odies en ningún momento, yo solamente te estoy haciendo un gran favor al liberarte de tu sufrimiento y dolor, sin hablar de la miserable vida con una madre a la que ni le importa y no se dignó en aparecer para salvar a su único hijo. Incluso trate de darte valor, pero ni eso hiciste bien, por lo que consideraré esto como mi obra buena del año, buena suerte florecita, ¡traigan los cerdos!

"Ugh, que maldito asco, como odio a los humanos como él"—pensó Li Wei para si mismo

—Espero que seas una buena cena, ¡Nos vemos en el infierno!

Al salir aquel sujeto, entraron 2 hombres con 5 cerdos que se veía que no habían comido hace días, los dejaron con allí y se fueron. Li Wei sabía lo que iba a ocurrir, cerdos hambrientos y una presa fácil y débil, que no podía escapar, se sentía un poco intimidado, pero no podía hacer nada, debía de quedarse, o de otra forma, sería duplicada su condena, no había nada que hacer.

El tiempo transcurrió y no pasó mucho antes de que se escucharan unos gritos de dolor, agonía y desesperación entre las paredes, cuando finalmente cesaron, algunos de los miembros de la pandilla fueron a revisar, encontrando únicamente rastros de sangre por todo el suelo, a los cerdos descansando plácidamente, satisfechos por la comida que habían tenido, la luna brillando con intensidad y lo único que quedó de aquel pequeño que alguna vez existió fueron algunos huesos y un pin el cual cuidó como su tesoro.

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—¡#7859 muerto, listo para pasar a su siguiente vida!

En 3, 2, 1...