Chereads / Corrupción Estelar / Chapter 1 - Prólogo: El Pasado de Jaxon Reed

Corrupción Estelar

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Synopsis

Chapter 1 - Prólogo: El Pasado de Jaxon Reed

El puente de mando de la **Eclipse** estaba en silencio, iluminado solo por el brillo azulado de las pantallas holográficas. Jaxon Reed, de treinta y dos años, observaba el vacío del espacio a través de la ventana panorámica. En unas horas, la nave iniciaría su salto hiperespacial hacia **Zeta VI**, un planeta errante detectado recientemente en los límites del sistema estelar de Terra Nova. No había registros históricos, ni sondas previas, ni siquiera teorías sólidas sobre lo que podrían encontrar allí. Solo una certeza: aquel mundo desolado emitía señales de radiofrecuencia *artificiales*, y Terra Nova necesitaba respuestas.

Pero ahora, mientras sus dedos trazaban el borde frío de la consola, su mente viajaba al pasado, a aquel día en Epsilon IX que había marcado su vida para siempre.

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**Nueve años atrás**

El viento aullaba como una bestia enfurecida, arrastrando arena y fragmentos de roca a través del cañón donde el equipo de la Academia de Exploración Interplanetaria (AEI) intentaba refugiarse. **Epsilon IX** no perdonaba errores: su atmósfera, cargada de partículas de plasma, destrozaba equipos y pulmones en cuestión de minutos. Jaxon, líder del equipo de seis cadetes, ajustó su máscara respiratoria y gritó para hacerse oír sobre el estruendo:

"¡Tenemos que llegar a la nave antes de que la tormenta nos alcance! ¡Manténganse juntos!"

A su lado, Lira Marr, su compañera y científica del equipo, asintió mientras revisaba el escáner de minerales que llevaba en la mochila. Su cabello rojo ondeaba bajo el casco, y sus ojos verdes brillaban con una mezcla de adrenalina y determinación. Detrás de ellos, Taryn Cole (ingeniero de sistemas), Ryn Tor (experto en supervivencia), Dra. Mara Krin (médica) y Kael Jinn (navegante) luchaban por mantener el paso.

"¡Jaxon, el viento está rompiendo las comunicaciones!", gritó Kael, sujetando un dispositivo parpadeante. "¡No podemos contactar a la nave!"

"¡Entonces corramos más rápido!", respondió Jaxon, señalando hacia la silueta borrosa de la nave de exploración, a solo trescientos metros de distancia.

Pero Epsilon IX tenía otros planes. Una ráfaga de viento, más fuerte que las anteriores, arrancó una roca del suelo y la estrelló contra el hombro de Taryn. El joven ingeniero cayó al suelo con un grito ahogado, su traje perforado por el impacto.

"¡Taryn está herido!", vociferó Mara, arrodillándose a su lado. "¡Necesitamos evacuarle ahora!"

Jaxon maldijo entre dientes. El protocolo dictaba abandonar a los incapacitados en situaciones extremas, pero él no era ese tipo de líder. Agarró a Taryn por el brazo y lo levantó, pero el peso combinado con la gravedad del planeta (1.8 veces la de Terra Nova) lo hizo tambalearse.

"¡Yo me quedo con él!", gritó Lira de pronto, colocándose al lado de Jaxon. "¡Tú lidera al resto! ¡La nave está a dos minutos corriendo!"

"¿Estás loca?", Jaxon la miró con incredulidad. "¡No voy a dejarte aquí!"

"¡Confía en mí!", Lira le sostuvo la mirada, y por un momento, Jaxon vio el mismo fuego que la había llevado a ser la mejor de su clase en biología extraterrestre. "Tengo el dispositivo de campo de fuerza. Crearé una barrera y los cubriré. ¡Pero necesito que se muevan ya!"

Antes de que Jaxon pudiera protestar, Ryn lo agarró del brazo. "¡Ella tiene razón, capitán! ¡Si nos quedamos, todos morimos!"

Jaxon dudó, pero el gemido de dolor de Taryn lo obligó a actuar. "¡Mara, Ryn, ayúdenme con él! ¡Kael, guíanos!", ordenó, cargando a Taryn sobre sus hombros.

El grupo avanzó penosamente, mientras Lira activaba el dispositivo de campo de fuerza. Una cúpula azulada los envolvió, desviando las rocas y el plasma. Pero el dispositivo, diseñado para durar diez minutos, comenzó a fallar a los cinco bajo la presión extrema.

"¡Lira, el campo se está colapsando!", gritó Kael, mirando hacia atrás. "¡Corre!"

Pero Lira no se movió. En lugar de eso, sacó una muestra de cristal azul de su mochila: el mineral que habían venido a buscar. "¡Este cristal es la clave para estabilizar reactores de plasma!", gritó, sonriendo con amargura. "¡No podemos perderlo!"

"¡Al diablo con el cristal!", rugió Jaxon. "¡Ven con nosotros!"

Pero Lira ya había tomado su decisión. Con un movimiento rápido, insertó el cristal en el dispositivo de campo, sobrecargándolo. La cúpula brilló con intensidad, ganando tiempo precioso. "¡Corran! ¡Yo sostendré el campo!", ordenó, su voz distorsionada por la estática.

Jaxon quiso volver, pero Ryn y Mara lo arrastraron hacia la nave. Cuando finalmente llegaron a la escotilla, el campo de fuerza estalló en una explosión de luz azul. Lira, atrapada en el epicentro, desapareció entre el plasma y las rocas.

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**Presente**

Jaxon cerró los ojos, ahogando el recuerdo. Aún podía sentir el peso de Taryn en sus hombros, el sabor amargo de la impotencia. La muerte de Lira lo había perseguido durante años, alimentando sus pesadillas y su obsesión por proteger a su equipo a toda costa. Pero ahora, como capitán de la Eclipse, tenía una nueva misión: adentrarse en lo desconocido.

"Capitán, todos los sistemas están listos", anunció la voz de Dra. Elara Voss, la científica a cargo, desde la consola de navegación. Elara, prima de Lira Marr, llevaba el mismo cabello rojo y la misma determinación en la mirada. A veces, Jaxon tenía que recordarse a sí mismo que no era ella. "Las señales de radiofrecuencia coinciden con las detectadas hace un mes. No hay registros de vida, pero… hay algo ahí".

Jaxon asintió. Las imágenes holográficas mostraban un planeta desolado, cubierto de formaciones geológicas irregulares y patrones que no parecían naturales. "¿Alguna hipótesis?", preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

"Ninguna confirmada", respondió Elara. "Podrían ser estructuras geológicas únicas… o restos de tecnología".

Jaxon apretó los puños. No le gustaban las incógnitas, pero esta vez no había opción. Terra Nova necesitaba recursos, y Zeta VI era la única pista en décadas.

Mientras la nave se preparaba para el salto hiperespacial, Jaxon sacó una foto desgastada de su bolsillo: Lira sonriendo frente a la AEI, el día que le juró que explorarían juntos las estrellas. La guardó con cuidado y respiró hondo.

"Esta vez no fallaré", murmuró, mirando hacia el vacío. "Por ti, Lira".