Chereads / Izuku El Sobreviviente del Refugio 111 / Chapter 3 - Capítulo 3: El despertar

Chapter 3 - Capítulo 3: El despertar

El frío era lo primero que Izuku sintió. Un frío tan intenso que parecía calar hasta los huesos, despertando cada fibra de su ser. Intentó abrir los ojos, pero sus párpados pesaban como si estuvieran hechos de plomo. De pronto, un zumbido metálico resonó a su alrededor.

Voz del sistema: "Descongelación criogénica completada. Todos los ocupantes, por favor, permanezcan en sus cápsulas."

Izuku logró abrir los ojos, parpadeando con dificultad. Lo rodeaba un ambiente blanco y estéril, iluminado por una tenue luz azul. La cubierta de cristal de su cápsula se abrió con un siseo, dejando salir una nube de vapor helado.

Izuku: (Tosiendo) ¿Qué… qué está pasando?

Se tambaleó al salir de la cápsula, sus músculos entumecidos por años de inactividad. Miró a su alrededor. Otras cápsulas seguían cerradas, algunas completamente vacías. Sin embargo, lo primero que buscó fue a su madre y a Eri.

Izuku: (Con desesperación) ¡Mamá! ¡Eri!

Caminó hacia las cápsulas más cercanas. Reconoció a su madre, aún dentro de su cápsula, su rostro sereno como si estuviera dormida. Y luego vio la de Eri, a unos metros de distancia. Se acercó rápidamente.

Eri seguía allí, a salvo, su pequeña figura acurrucada bajo la protección del cristal. Un nudo de alivio se formó en su garganta.

Izuku: (Con una sonrisa temblorosa) Todo está bien… están bien.

Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, un ruido llamó su atención. Desde el otro lado de la sala, una cápsula se abrió de golpe. Dos figuras, vestidas con trajes de Vault-Tec, salieron del oscuro rincón. Pero no estaban solos. Un hombre robusto, armado con una pistola, les ordenaba algo.

Hombre armado: ¡Rápido, abran la cápsula del niño! No tenemos mucho tiempo.

Izuku, aún aturdido, se escondió tras una consola cercana. Observó cómo los individuos manipulaban una cápsula que contenía a un niño pequeño. El niño, llorando y asustado, fue sacado a la fuerza.

Trabajador de Vault-Tec: (Suplicando) Por favor, esto no estaba en el contrato. Dijeron que nadie más saldría perjudicado.

Hombre armado: (Apuntándole con el arma) Cállate y haz tu trabajo, o serás el próximo.

El instinto protector de Izuku se encendió como un fuego. Recordó los horrores de la guerra, los sacrificios que había hecho para proteger a los inocentes, y no podía quedarse quieto.

Izuku: (Susurrando para sí mismo) No puedo permitirlo.

Se movió con cuidado, utilizando su entorno para mantenerse fuera de la vista. Encontró una barra de metal suelta en el suelo y la tomó con firmeza. Aunque aún estaba débil por la criogenización, su determinación era más fuerte que nunca.

El hombre armado se distrajo mientras discutía con el trabajador. Izuku aprovechó el momento. Se lanzó hacia él con un golpe certero, desarmándolo y haciéndolo caer al suelo.

Izuku: (Gritando) ¡Suéltalo!

El hombre intentó luchar, pero Izuku, pese a su debilidad, lo inmovilizó con movimientos precisos. Recordaba su entrenamiento militar, y no le daría la oportunidad de contraatacar.

El trabajador de Vault-Tec aprovechó el caos para tomar al niño y retroceder, protegiéndolo de cualquier daño.

Trabajador de Vault-Tec: (Asustado) ¡No sé quién eres, pero gracias!

Izuku giró hacia él, aún sosteniendo al hombre armado.

Izuku: ¡Llévate al niño y corre! Encuentra un lugar seguro. Yo me encargo de este.

El trabajador asintió rápidamente y desapareció por un pasillo con el niño. El hombre armado, aún inmovilizado, soltó una risa seca.

Hombre armado: ¿Crees que esto ha terminado? Hay más como yo allá afuera. Este mundo ya no es el que conocías, soldado.

Izuku lo miró fijamente, su mandíbula apretada.

Izuku: Entonces los enfrentaré. Uno por uno, si es necesario.

Con un movimiento rápido, golpeó al hombre en la cabeza, dejándolo inconsciente. Tomó su pistola y buscó entre sus pertenencias, encontrando unas pocas balas y un extraño holodisco marcado con el logo de Vault-Tec.

Izuku: (Mirándolo con curiosidad) ¿Qué demonios es esto?

Guardó el disco y miró a su alrededor. Su prioridad ahora era despertar a su madre y a Eri. No sabía cuánto tiempo había pasado ni qué había ocurrido afuera, pero una cosa era segura: no podían quedarse allí.

Se acercó a la consola central, tratando de descifrar cómo activar las cápsulas restantes. Al mismo tiempo, una idea comenzó a formarse en su mente. Si este refugio había caído en el caos, ¿qué había sucedido en el exterior?

Fin del Capítulo 3.