Izuku respiró profundamente, su mirada fija en las cápsulas de su madre y de Eri. Aún temblaba por la pelea, pero sabía que no podía permitirse descansar. Tenía que sacarlas de allí.
Se acercó primero a la cápsula de su madre. La consola al lado mostraba luces parpadeantes y una serie de comandos que no entendía del todo. Apretó un botón marcado como "Descongelar manual". Un zumbido resonó y, lentamente, la cápsula comenzó a abrirse.
Madre: (Tosiendo) ¿Qué… qué está pasando?
Izuku: (Ayudándola a salir) Tranquila, mamá. Estamos bien, pero tenemos que movernos. Todo aquí ha salido mal.
Ella miró a su alrededor, confundida, pero asintió al ver la expresión seria de su hijo. Izuku se dirigió entonces a la cápsula de Eri. Sus pequeñas manos seguían acurrucadas contra su cuerpo, dormida profundamente.
Izuku: (Con voz suave) Ya estoy aquí, pequeña. Todo estará bien.
Repitió el proceso, y pronto Eri también estaba en sus brazos. Aunque seguía algo adormilada, abrió los ojos lo suficiente para mirar a Izuku y sonreír débilmente.
Eri: (Balbuceando) Papá… frío.
Izuku: (Con una sonrisa calmante) Lo sé, mi pequeña. Pero ya pasó. Vamos a casa.
Justo cuando estaba listo para moverse, escuchó pasos detrás de él. Se giró rápidamente, sujeta la pistola que había tomado. Era Piper, que parecía aliviada al verlo.
Piper: (Jadeando) ¡Izuku! ¡Estás despierto! Estaba buscándote. Todo aquí está patas arriba.
Izuku: ¿Estás bien?
Piper: Más o menos. No entiendo qué está pasando, pero he visto cosas horribles en otras áreas del refugio. Tenemos que salir de aquí antes de que algo peor ocurra.
Izuku: De acuerdo. Quédate cerca. Vamos a sacar a mi familia de aquí.
Juntos avanzaron por los pasillos del refugio. El lugar estaba desolado, con escombros esparcidos por todos lados y luces parpadeantes que creaban una atmósfera inquietante. En algunos puntos, encontraron cápsulas vacías o malfuncionando, con sus ocupantes congelados de manera irregular.
En un área de mantenimiento, Izuku encontró algo que le llamó la atención: un Pip-Boy colocado sobre una mesa, cubierto de polvo.
Izuku: (Tomándolo con cuidado) Esto puede ser útil.
Se colocó el dispositivo en el brazo izquierdo y lo encendió. La pantalla iluminó su rostro mientras revisaba sus funciones. El Pip-Boy mostraba un mapa del refugio, un sistema de inventario y registros de audio que pertenecían al personal de Vault-Tec.
Piper: (Curiosa) ¿Qué es eso?
Izuku: Un dispositivo para gestionar información. Podría ayudarnos a salir de aquí.
El Pip-Boy también mostraba un camino hacia la salida del refugio, marcado como "Acceso principal". Izuku lideró el grupo con confianza renovada, ajustando la pistola en su mano.
En el camino, se encontraron con un obstáculo: varias cucarachas radiactivas gigantes bloqueaban un pasillo.
Madre: (Asustada) ¿Qué demonios son esas cosas?
Izuku: (Protegiendo a Eri con su cuerpo) Quédense atrás. Yo me encargo.
Las cucarachas cargaron hacia ellos, pero Izuku reaccionó con precisión militar. Apretó el gatillo de la pistola, eliminando una tras otra. Aunque los disparos resonaron en los pasillos, el peligro fue neutralizado rápidamente.
Piper: (Impresionada) Vaya… parece que tu entrenamiento sigue intacto.
Izuku: (Secándose el sudor) No tenía opción. Sigamos.
Finalmente, llegaron a la puerta principal del refugio. Una enorme compuerta circular bloqueaba su salida, con un panel de control a un lado. Izuku conectó el Pip-Boy al panel, siguiendo las instrucciones que aparecían en la pantalla.
Pip-Boy: "Procediendo con apertura de la puerta principal. Por favor, manténgase alejados del mecanismo."
El sonido de engranajes gigantes girando llenó el aire mientras la compuerta se movía lentamente. La luz del sol comenzó a filtrarse por la abertura, cegándolos momentáneamente.
Madre: (Con lágrimas en los ojos) ¿Eso es… el exterior?
Izuku: (Sosteniendo a Eri con fuerza) Sí. Pero no sabemos lo que nos espera ahí fuera. Prepárense para lo peor.
Cuando la puerta se abrió por completo, el grupo salió al mundo exterior. Lo que encontraron los dejó sin palabras.
Un paisaje desolado se extendía frente a ellos. Las ruinas de lo que alguna vez fue una próspera ciudad ahora estaban cubiertas de cenizas. El cielo tenía un tono gris opaco, y el aire era pesado con el olor de la destrucción.
Piper: (En shock) Así que… esto es lo que queda.
Izuku miró a su familia, su madre aún tratando de procesar lo que veía, y Eri, que dormía en sus brazos, ajena al caos.
Izuku: (Con determinación) No importa lo que haya pasado aquí. Vamos a encontrar la manera de sobrevivir. No dejaré que nada les pase.
Con el Pip-Boy como guía, Izuku dio el primer paso en este nuevo y desconocido mundo, decidido a proteger a los suyos a toda costa.
Fin del Capítulo 4.