En el momento que se habia ido Yūji, estaba un ser blanco y negro apenas sobresaliendo del árbol, la parte blanca era mucho más expresiva a comparación de la oscura.
" ¿encontraste lo que buscabas? ¿Era ese niño? " hablo con curiosidad y una voz mas tenue la parte blanca con cabello verdoso y unos iris amarillos, miraba a su lado contrario solo para ver a su contra parte.
Pero allí en silencio, el qué se ve de un material mas espeso, con ese ojo amarillo en un círculo sin más, miraba de manera profunda donde habia estado el niño, lo vio meditar, y entrar en un estado inconsciente.
Para otros no logren sentir lo que manifestaba el niño, pero para este ser, lo que emitía lo hacia sentir incomodo. Creyó en un momento que se trataba de una bestia con cola, pero haber estado presente y saber su energia como forma de chakra lo descartó.
Esta energia es una mucho más siniestra, el ser qué aun no logra hablar emitió un gruñido gutural.
" no... no es nada de preocuparse " no queria decirle nada a su contra parte, un estúpido zetsu qué siempre hablaba directamente hacia Óbito era algo que prefería esconder.
Porque estoy iba a una preocupación mas profunda.
Sentia qué ese niño tenia algo que se escondía, tiene una chakra demasiado abundante como un rio sin medidas, pero al verlo estar en ese estado de concentración...
A pesar de vislumbrar algo tan tenue, una luz rojiza y azul con negro, cambiante...
Eso que presenció y sintió, no era chakra.
Esa energía qué se supone es la única energia vital en el planeta, una energia pura y que se nota la diferencia ante todo, ese niño habia estado en un momento de inconsciencia con un aura de lo que el tenia conocimiento como chakra.
" sera mejor irnos... no crea que sea preocupante " con calma, una voz gutural broto de la garganta desgarrada la contratarte oscura, zetsu blanco sonrio con calma " como digas, por ahora debemos de estar verificando los hechos de todas las aldeas, recolectar información, para poder decirle a Obito, creo que nos lo agradecerá "
Entre habladurías del de color blanco, se logra ver que tenia una capa negra con un detalle rojo, fue desaparecieron lentamente entre ese árbol, sus voces fueron escondidas por la lluvia tan fuerte que se daba en el lugar.
Pero antes de desaparecer, el ojo sin pupila de black zetsu miraba a la lejania donde ese niño habia dejado esa aura tan apestilente.
' tendre qué investigarlo a fondo después... por ahora solo es un mocoso, no arruinara lo que llevo planeando durante tanto tiempo ' pensó para si mismo black zetsu, el lo habia pensado con el hecho de que aun faltaba mucho tiempo para que sucediera.
Sus grandiosos planes qué ha llevado tanto tiempo planificando, un mocoso no lo arruinaría, planificando mil años desde su nacimiento y estando a tan solo unos dos pasos para el nacimiento de su madre.
Así, ambos desaparecieron del desolado lugar que poseia pocos arboles.
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Habia pasado ya unos días en los que Yūji tenia incógnita de que le sucede a su propio cuerpo y chakra, en clases aunque prestaba atencion mayoria del tiempo, el pequeño niño evolucionaba muy rápido.
En la lucha con sus compañeros, los que se burlaban de el por ser arrogante, comenzaron a mostrar señales de sorpresa al ver como Yūji paso de tener un rostro curioso y demasiado confundido a mostrarse habilidoso, en la tomas de shurikenjutsu y taijutsu, al principio era tan débil, pero paso de apuntar a cuatro de diez, luego a seis de diez, siete de diez, hasta ese día.
Una semana basto para que Yūji tuviera aunque no una puntería increible, era superior al de sus compañeros, un niño de cuatro años logrando maravillas en poco tiempo, cumpliendo poco a poco su palabra de que se convertiría en el más fuerte.
Ahora, estaban en otra clase conjunta de taijutsu, en ese momento estaba con un gesto apretado en su mismo rostro, sus mejillas algo regordetas.
En esos días, con Konan-sensei, ya no se volvio a tocar el tema de que le habia pasado, sin embargo, con la mujer que es su maestra, realmente le estaba enseñando cosas que nunca se imaginó aprender.
Suponiendo lo en la mente actualizada de Yūji, ¡es como si le enseñarán artes marciales! Solo que estas artes marciales son muy... siniestras, su maestra Konan le habia dicho que al enseñarles taijutsu, es para que básicamente apuntará en los lugares débiles y para ser una muerte rapida.
Solo con lo último, su entusiasmo bajo demasiado, a pesar de que habia dicho que viviría en ese mundo, se sentia extraño que su maestra le estuviera enseñando esos metodos, y aunque ella dijo que realmente deseaba qué pudieran tener una vida normal, en esta vida...
Ellos básicamente tienen que pelear por su supervivencia, y eso es lo que le disgustaba a Yūji.
El tenia su moralidad, como pasó antes en su vida en Japón, si nunca hubiera hecho caso de comerse el dedo de Sukuna, tal vez...
El tal vez seguiría con vida...
Teniendo familia, creciendo sin ningun problema, con la libertad sin tener miedo de que en cualquier momento pudieran asesinar lo.
Como ahora estaba viviendo en ese lugar, a lo que su Konan-sensei explicó, el mundo ninja actual es bastante tranquilo, pero aún hay disputas entre las cinco grandes aldeas ninja, y aun lograba escuchar su coraje al hablar qué esas aldeas ninja, los utilizaban a ellos como puentes para causar caos.
La vida que estaba llevando en la aldea de la lluvia esta mucho mejor a comparación de antes, el si en ese momento estaba sufriendo en pequeñas rachas hambruna, y la aldea seguia viéndose empobrecida, no podia evitar imaginarse una faceta peor de Amegakure.
Solo imaginarlo le daba una tristeza abundante al pensar en toda la gente inocente qué sufría por culpa de grandes aldeas, que sufrían a base de opresión.
Es por ello qué desea convertirse en alguien fuerte, tal cual como sucedió anteriormente con Gojo-sensei y sus amigos como compañeros, quiso protegerlos, queria vivir y lograr vencer a la maldicion.
Por desgracia, lo logro pero al final su resultado siguió siendo la muerte, junto a la muerte de todos sus seres queridos y conocidos, multiples personas inocentes...
No volverá a pasar, por ello tendra qué luchar.
" ¿están listos? " escucho la voz de su sensei Rokushō, parece que estuvo bastante sumergido en el hecho de que lo estan entrenando para matar a personas, pensar que estos son niños qué deberían estar disfrutando de su infancia, jugando con sus padres, comportándose como niños.
Meneo su cabeza, deberia dejar de pensar con sus facetas moralistas, su mirada paso a una agudizada para colocarse en posición, sus puños se cerraron y tal cual como Konan-sensei le enseñó, se puso, su pequeño cuerpo listo para actuar, viendo como el otro niño también estaba en posición.
" ¡ahora! " movió la mano Rokushō-sensei dando señal del comienzo.
En ese lugar con la lluvia inundada y un suelo lodoso, los dos niños corrieron con una rapidez exuberante, Yūji mostraba unos ojos agudizados moviéndose con velocidad, el niño mayor que el por dos años no se quedo atrás, su complexión un poco más alta aunque delgada, seguia en movimientos dispares con el hecho de desorientar al pelirrojo.
¡PZZHUM!
El golpe de Yūji sonó bastante agudizado, tal fue por como en instinto, el niño pelirrojo a pesar de su pequeña complexión podia lanzar golpes duros.
Rokushō miraba analizando la forma combatiente de ambos pequeños, aunque Iizen era veloz, le faltaba fuerza en contraatacar, algo donde se ve como Yūji estaba abrumando lo.
Nobumi parado a un costado de Uguma apreciaba como su pequeño amigo se movía a una velocidad increible para su edad, con sus ojos muy abiertos viendo lo abrumado y serio que se encontraba Iizen, colocando la mano en el hombro del pelinegro habló; " no puedo creer que Yūji haya mejorado tanto en tan solo una semana, es increíble como su fuerza esta siendo cada vez mas grande "
A comparación de otras aldeas donde peleaban haciendo sellos de iniciación y reconciliación, en Amegakure no tenian nada de eso, Rokushō-sensei lo explico siempre al comienzo de cada batalla de taijutsu.
Tendrán que dar lo máximo para sobrevivir, tienen que atacar hasta el punto de sentirse amenazados de vida, todos los niños presentes no les importó.
Porque todos estaban hartos de ser utilizados, queriendo ser fuertes y defenderse de los ninjas malvados de los grandes lados.
Y ahora pasando en la situación Yūji lanzaba golpes con rapidez, brazo izquierdo, Iizen bloqueaba con la derecha, lanzó golpe con la derecha, Iizen bloqueo con el flanco izquierdo.
Patadas, golpes, movimientos a zonas muy delicadas, el rostro del niño aunque soltaba pequeños suspiros, Iizen se mostro muy cancansado, no teniendo una resistencia muy grande.
El pelinegro de un salto se separo de Yūji, estando lleno de lodo por la lluvia, Yūji también se separo estando en una posición lista para asaltar.
Pero Yūji queria terminar con esa practica, volviendo a correr con todo lo que daban sus delgadas piernas, Iizen se mostro con un gesto de sorpresa, era mucho más veloz qué en unos momentos.
Cuando se dio cuenta, sentia como Yūji lo agarro de sus tobillos, apretandolos dolorosamente qué emitió un gemido doloroso, el chico miro como estaba en el aire.
Antes de poder hacer movimiento.
El pequeño niño pelirrojo dio un salto y dando dos vueltas, clavando en el pecho su talón, con la fuerza de la caida, fue lanzado hacia el suelo donde un sonido retumban te se alzó por el cielo.
Y en el suelo desmayado con un hilo de sangre saliendo de su boca se encontraba Iizen, todo paso en unos segundos, estando Yūji de pie mirando con dolor como tuvo que dejar al chico.
Pero Rokushō no se metió en la pelea porque sabia que Yūji atacarla, pero no a matar, todo esto porque en una semana se logra dar cuenta que este niño no es como los demás, el era básicamente un sol que ha caído en la aldea de la lluvia, preocupado por la gente, ayudando les, mostrando siempre una sonrisa.
Por lo que en todas las practica de combate termina desmayando al oponente, causando daños menores.
El Jōnin suspiró pero dando una sonrisa, alzó su mano para anunciar " Yūji ha ganado esta batalla "
Uguma se acerco al niño que también iba a su dirección con una enorme sonrisa feliz " lo hiciste bien Yūji "
El niño sonrio apenado frotando su nuca con vergüenza " no fue nada, es solo que me he estado esforzando mucho para poder estar al mismo ritmo qué ustedes "
Es en parte eso y en otra no, despues de todo, con el taijutsu el ha metido sus clásicos golpes qué ha utilizado en combatir con maldiciones, es una maña qué a pesar de haber reencarnado nunca lograria quitarse la, le encantaba usar sus puños, no era muy táctico, pero si quería sobrevivir y hacerse fuerte al final tenia que implementar el uso del taijutsu.
Aunque claro, es el taijutsu de su maestra, ella misma ha dicho que es más amante de usar ninjutsu, pero quería prepararlo en todas las areas, algo que Yūji agradecia, no es nada parecida al maestro infantil albino de Japón.
Teniendo una sonrisa ladeada Yūji se mostraba muy alegre.
Por su parte, a el le encantaba el convivir, en esa semana habia conocido un poco mejor ha ambos, Nobumi y Uguma por ahora son los que mejor se acoplan en su personalidad.
Lentamente vio como todos fueron pasando hacer la prueba de taijutsu, siempre alentando a sus amigos con una sonrisa feliz, los golpes y los quejidos de los niños es lo unico que se escuchaban en la lluvia, deslices por igual.
Un día común en la aldea de la lluvia, donde tienen que hacerse fuertes para que esos malvados de las grandes aldeas no los pisoteen.
...
" bueno, tengo sus resultados, tengo que decir que estoy impresionado con su avance en taijutsu, todos lo hicieron muy bien " hablo el Jōnin peliverde con una sonrisa viendo su lista, los niños que escuchaban tenian una gran sonrisa emocionada.
" muy bien, la siguiente practica para el día de mañana será utilizando un arma, pelearán con una pareja para que entre ustedes puedan apoyarse mutuamente, ambos se enseñarán y subirán su habilidad en el manejo de esa arma " hablo con calma el maestro, viendo a todas las direcciones para terminar viendo fijamente al qué realmente puede decir sera alguien que alentará a las grandes aldeas, Yūji.
El niño tenia una sonrisa iluminada con esos puntos blancos dandole un brillo alegre.
" bien, eso es todo, no olviden lo que acabo de mencionar " hablo con calma el maestro dando una sonrisa.
Todos los niños se fueron levantando felices, pero la gran diferencia sigue siendo el nuevo trato qué le estaban empezando a dar a Yūji.
" ¡increible pelea Yūji-chan! "
" espero que podamos ser parejas en el entrenamiento "
" ¡ese movimiento fue increible! "
Cada palabra que decían los niños ya iban hacia la salida, el pequeño pelirrojo en su rostro se tiño un poco de rubor, viendo como al final se acercaban hacia él y salían corriendo directo fuera de la pequeña academia.
Yūji hizo lo mismo, aunque tuvo que esperar en la entrada, mientras esperaba bajo la inmersa lluvia, vio como sus compañeros y otros pocos qué eran de grados superiores salían y se reunian con su familia.
Familia...
La sonrisa de Yūji fue desapareciendo lentamente, dejando una linea estática al presenciar como algunos de sus compañeros tenian sus padres, algunos solo tenian una madre, otros solo un padre, los más afortunados tenian ambos.
Pero habia tantos como él qué no tenian ninguno.
Con su cabello algo caido por la lluvia, sus ojos qué ahora mostraban un brillo triste, notaba como los más afortunados sonreian y como sus padres les regalaba igual una sonrisa.
Sostuvo su propia mano al ver la escena frente a él.
" ¿que se sentirá tener una familia...? " melancólico apreciaba esas escenas, viendo como unos pocos compañeros se alejaban agarrados de la mano con sus padres.
Cuando era Itadori Yūji, el solo tenía a su abuelo, todo ese tiempo su abuelo se encargo de criarlo.
Pero había llegado mas de una vez preguntandose, ¿que fue lo que sucedió con sus padres? Antes cuando era un niño como lo es ahora, siempre se preguntó, que habia sido de ellos, y porque lo dejaron solo con su abuelo.
Pero ahora aquí estaba de nuevo, viendo la espalda de desconocidos, afortunados de tener al menos su familia.
¿ que se sentirá el calor de una madre? ¿Que es lo que hacen una mamá? ... ¿y un padre? ¿Quien seria su padre?
Anhelo es lo que estaba pasando el pequeño, con sus ojos algo tristes y ya sin una sonrisa, algo decaído, sentia como algo en su corazon necesitaba, solo recordaba en esas memorias cuando era un bebé el rostro de su madre, aunque es algo borrosas, ella era hermosa, tenia un rostro feliz cada que lo miraba.
Y en cada recuerdo, veia como gradualmente se deterioraba. Pero siempre le dedicaba una sonrisa.
Aun con su gesto decaído, parado en la inmersa lluvia, no despertó hasta que sintio un peso en su hombro izquierdo, abrió sus ojos en grande ante la sorpresa de salir de su mente.
Al voltear logra ver a Karin, dedicandole una sonrisa tan amable y dulce, sus ojos rojos detras de sus lentes y su hermoso cabello rojo por igual.
Esa sonrisa iluminada y llena de amor.
Yūji paso de su rostro sorprendido a una suavizado, teniendo nuevamente esa sonrisa que es más que un sol.
Si, no necesitaba padres, porque su familia ya estaba completa.
Tener solo a Karin, su única familia, es lo que necesitaba para sentirse lleno, despues de todo, ella fue como la madre qué nunca le pudo criarlo, y un padre presente en su vida, ella es básicamente su todo.
Su adorada hermana mayor.
" estas muy empapado Yūji, llegando tendras un baño para que no te resfries " Karin hablo con cariño aunque un deje de preocupación.
La caminata de ellos a diferencia de otros niños, huérfanos de la guerra y la crueldad humana, sosteniendo sus manos pequeñas.
" Karin, ¿podrías hacer algo de comida rica hoy? "
" por supuesto que si, escuche de Rokushō-sensei tu gran empeño en tu entrenamiento, estoy tan orgullosa de ti, Yūji "
Los hermanos no necesitaban nada mas, porque para el mundo, solo existían ellos, ambos demostrando el amor como la familia qué eran, caminaban en calma bajo la lluvia.
Para Karin, su mundo es su hermano.
Para Yūji, Karin es lo unico que necesitaba para sentir la calidez familiar qué se estaba preguntando.
No necesitaba padres ni cual extrañar. Solo ella.
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[Ilustracion de hoy! ♡]
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