Kaito subió por la montaña, sintiendo la energía del templo llamándolo hacia él. A medida que ascendía, el aire se volvía más denso y el silencio era casi palpable. De repente, un viento suave comenzó a soplar, llevando consigo el aroma de incienso y flores.
Kaito se detuvo en seco, sintiendo una oleada de emociones que lo abrumaban. Era como si el templo estuviera hablando con él, llamándolo hacia su interior. La sensación era tan intensa que Kaito tuvo que apoyarse en un árbol para no caer al suelo.
—¿Qué pasa conmigo? —se preguntó Kaito en voz alta, tratando de calmar su corazón acelerado.
De repente, una figura emergió de la niebla que rodeaba el templo. Era una mujer con cabello largo y negro, y ojos que parecían ver right through Kaito.
—Bienvenido, Kaito —dijo la mujer con una voz suave y melodiosa—. He estado esperándote.
Kaito se sintió desconcertado por la aparición de la mujer, pero también se sintió atraído hacia ella.
—¿Quién eres? —preguntó Kaito, tratando de mantener la calma.
La mujer sonrió y extendió una mano hacia él.
—Soy Akane —dijo—. Y tú eres el hijo de la luz.
Kaito se sintió como si hubiera sido golpeado en el estómago. La palabra "hijo" resonaba en su mente como un eco.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Kaito, tratando de entender lo que Akane estaba diciendo.
Akane lo miró con ojos llenos de compasión y tristeza.
—Tú tienes un destino especial, Kaito —dijo—. Un destino que te llevará a lugares oscuros y luminosos. Pero antes de eso, debes enfrentar tus propios demonios internos.
Kaito se sintió abrumado por las palabras de Akane. Era como si ella estuviera hablando directamente a su alma.
De repente, Akane desapareció en la niebla, dejando a Kaito solo frente al templo. El viento cesó y el silencio volvió a reinar en la montaña.
Kaito se quedó allí durante un momento , tratando de procesar todo lo que había pasado . Luego , tomando una respiración profunda , empujó las puertas del templo y entró en su interior .
El interior del templo era oscuro y silencioso , pero Kaito podía sentir una energía palpable emanando desde las paredes . De repente , escuchó un susurro débil .
—Bienvenido a casa , Kaito ...