Los días pasan relativamente lentos, Yūji se encuentra apreciando el cielo, su hermana nuevamente se dirigió hacia el lugar de la escuela ninja de Kusagakure, dejándolo en soledad, pero a pesar de su corta edad, él ya podía cuidarse, ahora mismo estaba fuera teniendo un pedazo de hierba en sus dientes, en ese momento, estaba algo melancólico.
¿Porqué será? Se preguntaba, siempre salía una pregunta que nunca podría ser contestada.
Inconsciente se colocó su pequeña mano en su pecho, mostrando algo triste al ver las nubes y apreciar la naturaleza.
" siento... que me falta algo, me siento tan solo, ¿será porque Karin siempre me deja solo en la mañana? " su pequeña voz murmuró con suavidad, su mano se estrechó aún más, él sabía que en su subconsciente eso era una vil mentira.
Una parte de él, parecía anhelar algo.
Sus ojos miraron ahora su mano, notando como allí un aura que se sentía siniestro y demasiado nauseabundo, alaridos y susurros parecían casi escucharse cuando apreció esa mancha oscura con rojo.
" me pregunto porque Karin no puede ver esto... ¿Es Chakra, no? " volvió a susurrar el niño mirando su mano, jugueteando con esa aura, que hasta el mismo se sentía un poco incómodo de apreciar, sus ojos se estrecharon suavemente " esto es... más que nada curioso, al menos tiene un bonito color... es como si fuese una parte de mi, más, personal " las palabras fluyen entre sus dientes.
Dejo de mover su mano para ahora sentarse abruptamente, en el momento que lo hizo revolvió sus cabellos con estrés, un niño de cuatro años teniendo estrés, muy irónico
" estoy cansado de siempre recordar gente que no me interesa, ¿porque siguen apareciendo en mi mente? Nunca los he visto " gruñó fastidiado el niño, su rostro hecho un apretón al sentir más incesante, personas que nunca había visto en su vida, ellos siguen apareciendo una y otra vez, nunca dejan de salir.
Escucha una risa burlesca con sonidos agudos, provienen de un tipo muy alto que tiene los ojos vendados en negro, suena muy irritante.
Luego nota la mirada desolada de un pelinegro, que lo mira con vehemencia, ¿porque los hace si ni siquiera sabe quién es?
" son tan fastidiosos... Esto pasa porque hermana Karin me deja solo toda la mañana " el murmullo brotó, dejando de revolver su rojo cabello, emitiendo un suspiro triste.
Se levantó en cortos pasos para ahora dirigirse explorando en el gran bosque, las personas de Kusagakure los mantienen bien escondidos a su hermana y a él por el hecho de que creen que él tiene las habilidades curativas, están cautivos entre grande maleza, realmente un buen escondite lejos de la aldea.
Yūji siempre ha tenido curiosidad, después de todo, la soledad lo inunda al no tener personas con la cual jugar, con niños de su edad, solo puede apreciar como su hermana le dedicaba una sonrisa arrastrada, imaginando el hecho de porqué lo hacía.
Cuando llegó al río donde su hermana siempre lo llevaba, se puso de cuclillas para ver sus reflejo.
Allí estaba él, un niño de cuatro años con unos grandes ojos vibrantes, su color de ojos marrones yendo hacía el carmín, unas pequeñas marcas negras debajo de sus ojos, que por más que quiere abrir esas cosas, no se abren, siendo solo manchas de nacimiento.
Una cara redonda y cabello como puerco espín pero muy abundante.
Se tocó con suavidad su propia cara, sintiendo qué no era suya, una sensación muy incómoda y que siempre le hacía sentirse mal, pero lo que le daba escalofríos serían esas pequeñas marcas con las que nació, aunque su hermana mayor decía que eran lindas.
" me siento solo... " de nuevo, una palabra que brotó de él sin siquiera pensarlo, cuando pensó en lo que dijo rechisto con enojo al pensar cosas tan pesimistas.
" ¿porque siempre tengo que decir estas cosas? " volvió a frotar su nuca con un mirar aburrido.
En medio de regañarse a sí mismo, escucho una suave voz alegre " ¡Yūji, ya llegue! " escuchar esa voz le hizo sentirse feliz
" ¡hermana mayor! " de nuevo, ahora parecía el niño de cuatro años, inocente y entusiasmado, se había levantado para dirigirse corriendo a todo lo que sus cortas piernas podrían darle, viendo la sonrisa y esos lentes característicos de su hermana.
Karin estaba esperando paciente a su hermano, siempre mirándolo con una deje de devoción, pero la sonrisa lentamente se fue borrando de su rostro
" Uzumaki Karin, tenemos que hablar contigo "
El que habló detrás suyo es un hombre que tiene una mirada dura, se notaba a leguas qué era un hombre gruñón, teniendo detrás suyo al qué vendría siendo su equipo, era uno de Los pocos Jōnin qué existían en esa pequeña aldea, detrás suyo había cinco Chūnnin y dos Genin. Este escuadrón estaba por si Karin se negaba, todos conocían como Karin era sobreprotectora con su hermano menor, y solo por eso han logrado influir demasiado bien en la chica.
Un pago con un pago, ella da su chakra curativa a cambio de que cuidaran a Yūji cuando le dejen solo, por ello es que ellos viven muy escondidos qué nadie de la pequeña aldea tenía conocimiento de su paradero, teniendo unos pocos ninjas vigilando a Yūji.
Pero esta vez, tendrían que ajustar las cuentas; Karin volteó a mirarlos con lentitud, mostrándose reacia a doblegar se.
" ¿si, señor Kare? " a pesar de que no le gustaba esas personas, tenía que tratarlas con respeto ya que ellos son un soporte a la aldea, y ella ni siquiera se ha graduado.
Yūji se detuvo antes de llegar con su hermana, sus manos se agarraron sintiéndose algo preocupado por su hermana, esas personas se mostraban qué no tenían buenas intenciones.
Aunque Yūji también se detuvo por otra cosa.
Esas personas, como su hermana les decía que eran ninjas... Tenían un aura solo visible para él, un aura con una olor fétido a sangre, algunas veces se escuchaban los gritos desgarradores y los lamentos, pero esas personas no tenían conocimiento de ello, solo él.
Tal parece que el que tiene mayor de esa aura oscura y putrefacta es la persona que encabeza ese escuadrón, pero como se dijo, nadie tenía conocimiento de eso, posiblemente solo Karin en el hecho de que el aura del Jōnin Kare era más intimidante, pero solo eso.
" no podemos hablar de estas cosas frente a tu hermanito " volvió hablar el Jōnin, aunque con un toque burlesco, Karin apretó un poco sus dientes, pero tuvo que voltear a mirar a Yūji quien se había detenido y no había llegado junto con ella, le dedicó una sonrisa suave.
" Yūji, tengo que hablar algo con el mayor, se un buen niño y espera un momento, ¿si? " la pelirroja le dedicaba una de sus mejores sonrisas a su hermano, viendo como asentía con timidez, eso le dio pase para ingresar directo hacia ese cuarto pequeño, junto al Jōnin y dos Chūnnin qué iban detrás del mayor rango.
Se quedaron tres Chūnnin de fuera y los otros dos Genin, aunque se miraban algo aburridos, miraron como el pequeño niño se acercó a su dirección, Yūji se detuvo frente a ellos con curiosidad después de que su hermana había estado dentro de su hogar.
" Entonces, ¿qué es lo que hacen los ninjas? " le hablo a un chico que parecía algo mayor, Yūji realmente tenía curiosidad, pero su hermana se negaba a decirle el hecho de que es lo que hacían, prefiriendo mantenerlo en la ignorancia, aunque Yūji no lo sabía.
" ¿hnm? Eso lo sabrás cuando ingreses directo a la escuela ninja, niño " parecía que ese Chūnnin de banda en la cabeza no le agradaba los niños
" oh... " el pequeño pelirrojo se sintió algo incómodo a como lo trataron, quedándose sentado en el césped, jugueteando con la tierra, lo que había preguntado era más por la curiosidad de la energía malvada qué rodeaba a esas personas.
Dentro del cuarto, Karin estaba con brazos cruzados para escuchar lo que tenía que decir el señor Kare, su mirada denotaba molestia, anteriormente Karin no era así, ella era demasiado débil y miedosa para hacerle frente a los ninjas de Kusagakure, pero su hermano le daba el impulso de ser fuerte, sin embargo, no podía faltarle al respeto a ese hombre
" Entonces señor Kare, ¿qué es lo que quisiera decirme? " Karin habló en voz baja, mirando al hombre mayor que ahora mostraba una sonrisa burlesca.
" te sientes grande, ¿no Karin?, bueno, esto no es de lo que venimos, esta vez tu ya no eres suficiente, hemos tenidos muchas bajas últimamente, de muchas personas que te muerden para curarse, sin embargo, no queremos que mueras pronto " hablaba con desdén el hombre, Karin inconsciente colocó su mano en donde tenía las vendas, manos temblorosas al recordar el hecho de sus mordidas
" ¿qué es lo que me trata de decir? " quería ser ignorante, pero lentamente una mirada asustada se estaba apoderando de ella, sus piernas algo temblorosas, la altanera y grande Karin volvió a sus principios
" ¿no es obvio, niña idiota? Ahora tu hermano tendrá que ayudarte con el trabajo, deberías sentirte bien de que ya no te usaremos tanto y podrás tener una longevidad un poco más alta " volvió hablar sonriente él Jōnin, disfrutando de como Karin volvía a mirarle con miedo, un pavor no por ella, si no por su pequeño hermano
" ¡n-no! No pueden hacerle eso, él es todavía un niño, se los suplico… " habló Karin con miedo, no quería que esas personas malvadas incluyeran a su hermano, ni siquiera podía defenderse de ellos, después de todo, creía que su hermano era demasiado pequeño, a ella comenzaron a tomarla como medicina cuando tenía simplemente siete años.
La chica se levantó para suplicar por su hermano, juntó sus manos y de manera inmediata comenzó a rogar por él, cerró sus ojos mientras suplicaba por ello " por favor señor… " Karin no le importaba su honor, ella no queria que su hermano pasara lo que ella en ese momento tiene que soportar sola, lagrimas amargas comenzaron a caer de sus ojos.
Parece que a los ninjas les divierte el hecho de verla sufrir.
" estos dias se pondrá agitado con ustedes, nuestros ninjas vendrán, son ordenes directas y tienes que obedecer " hablo aun con una sonrisa el Jōnin, parece que solo fue a dar una advertencia ya que no se demoro más, salió de ese lugar que era de su desagrado.
Yūji miro como esos ninjas salían, con ojos curiosos se preguntaba el porqué pasaba eso, ¿habra pasado algo malo con su hermana? Inmediatamente se levantó y corrió hacia Karin " ¡Herma-!... ¿Hermana Karin? " esta vez grito al comienzo, pero se detuvo abrupto al ingresar a la habitacion, solo para ver como su hermana estaba escondiendo su rostro en sus brazos. Yūji se acerco lentamente hacia ella, tocando su antebrazo " ¿Que sucede hermana? ¿Que te dijeron esos hombres malos? " hablo el niño con preocupación, algo dentro de el se sentía ferviente, como un impulso natural de querer correr directo hacia esos ninjas qué llegaron e interrumpieron su hogar.
" ¿Hermana? " Karin seguia sin contestar, aunque lentamente alzó su vista, a pesar de sus ojos algo irritados por las lagrimas qué se limpio en secreto, le dedico su mejor sonrisa a Yūji
" tranquilo, no sucede nada, es solo... es posible que... " no podia explicarse, la voz de la chica se rompió un poco, aunque mantenia ahora forzosa su sonrisa, Yūji noto eso, pero ahora su rostro decaído. El niño pelirrojo creyó que era algo malo y no queria que su hermana se sintiera mal.
' ¿sigo siendo un inútil? ' pensó el niño pelirrojo, un deje de madurez fue un destello en su rostro qué paso a extrañeza.
No le tomo importancia, ahora solo suspiro con fuerza para sostener con mas fuerza a su hermana " ¡Hermana mayor! ¡tengo hambre! " zarandeado el brazo de su hermana, Karin apreció qué no preguntara nada por el momento, solo dedicó una dulce sonrisa a su hermano menor
" si, si, te daré de comer, niño travieso " la niña pelirroja inmediatamente atendió a su hermano menor, sin dudas comía mucho.
Yūji solo no queria que su hermana se sintiera mal, esta vez este día, la pasarían bien, lo harian bien.
El protegería a su hermana, no dejara qué su hermana sufra, quiere ser quien ilumine sus días así como lo hizo anteriormente.
La tarde paso rápido entre risas y juegos de ambos hermanos, la genuina sonrisa en el rostro de Karin era sin duda algo que adoraba Yūji de apreciar. El también lo tenia en su rostro.
Ahora llegando a la noche, el pequeño pelirrojo dormía con calma en la misma habitacion qué su hermana, estando Karin dormida a su costado, aunque esta vez, Yūji no tenia sueños tan lindos.
Se notaba como su rostro se transformaba en incomodidad.
El niño se encontraba en un lugar, oscuro, muy oscuro, a pesar de caminar y buscar gente en ese lugar, no encontraba nada, al mirar al suelo, aprecia qué estaba muy alto, tan alto que se asustó pensando que se caería, miro sus manos
Eran grandes, era como la persona que fue con su hermana hablar, ese ninja Jōnin.
Siguió caminando, era un sendero espeso, parecía agua roja, muy roja, olía mal, como ese aura extraño que emitian los ninjas.
" ¿hola? " hablo Yūji en busca de gente, pero llego hasta el punto donde vio... huesos, muchos huesos apilados, que cuando siguió con su mirada esos huesos, se encontró con una persona extraña.
Era él... ¿adulto?
Tenia... cuatro ojos, una marcas extrañas en su rostro, un cabello qué no era rojo, pero tildaba a rosado.
Pero era su cara, solo que más adulto.
Una yukata blanca con franjas azules, sentado como si fuese un rey mirando una simple hormiga desde ese tan alto lugar.
Yūji se detuvo en ese momento con algo de miedo, ni siquiera suspiro un momento por temor a como reaccionara esa extraña persona que estaba sentada en lo más alto.
" ¿q-quien eres? " la voz de Yūji broto en un eco, viendo como la sombra sonreia mas genuina y con una enorme intension asesina.
" ¿no puedes reconocerme? Que extraño, que inedito... " la voz de quien se parecia muchísimo a el en versión adulta, su voz sonaba áspera, madura, y extrañamente, el cuerpo de Yūji se estremeció.
Es como si estuviera viendo un ser peor que la muerte.
" y-yo, no... no reconozco, nada de esto, creo que estoy soñando muy extraño " hablo el niño que estaba en una versión adulta suya, sus gestos mostraban sorpresa, estaba incredulo.
No espero que la persona que estaba sentado en ese trono de huesos comenzará a reirse con una fuerza inevitable, una risa siniestra y totalmente Loca, lo que hizo que Yūji temblara y sostuviera su cabeza con fuerza, era un miedo natural qué su cuerpo respondía.
El problema, el pequeño Yūji no tenia conocimiento de porque tenía un miedo natural a esa persona que se reia de una forma sádica.
" ¡HAHA! ¡no me mientas, mocoso! ¡Eso sin duda es una buena broma qué haz hecho desde hace mucho tiempo! ¡a pesar de morir a mis manos en esa ocasión, ahora te comportas como un ignorante! Que... patético. " la gran sonrisa sadista del hombre que estaba en ese trono de huesos se mostraba divertido ante lo que presenciaba.
Yūji tenía sus ojos perdidos, sosteniendo con fuerza su cabello, jadeaba en busca de estabilidad " yo... de verdad, n-no se quien es usted... no logro recordar le "
Hablaba el niño temeroso, pero cuando menos se lo esperaba en reaccionar, vio como una mano lo habia atravesado, quedo estatico al mirar esa mano de tatuajes y filosas uñas.
" eres tan patetico qué me da lástima mirarte, mejor largate de mi hogar, mocoso, no eres divertido "
" ¡AH! " Fue lo último que escuchó para despertar agitado, los ojos del niño se abrieron y comenzo a hiperventilar, se estaba ahogando en el sueño, se sentó con rapidez sosteniendo su pecho donde habia sentido qué fue atravesado, fue un dolor tan real, las lagrimas brotaron mientras se notaba perdido
Karin se levantó con rapidez, alarmada de escuchar a Yūji llorar e hiperventilar " ¿¡Yūji, que sucede!? " preocupada comenzo ayudarlo a tranquilizar, rápidamente noto que posiblemente tuvo una mala noche, es la primera vez que le pasaba eso, por lo cual temerosa comenzo ayudarle a calmarlo
Notaba como Yūji se sostenia con fuerza su pecho, pero no pregunto que fue la pesadilla qué solo, no queria que volviera asustarse, tendria qué ser algo muy terrorífico para despertarse de esa manera.
Pero Yūji seguia perdido en sus pensamientos, porque ese sueño no parecía ser un simple sueño, se sentia tan vivido qué el dolor de su pequeño pecho no disminuyó, hasta moretones apareció en ese lugar.
Esa noche Yūji no durmió nada, quedándose en vela por culpa y temor de volver aparecer en ese mismo lugar que no conocía.