El corazón de Gu Qiaoqiao se tensó, y sus ojos comenzaron a picar. Miró a la Abuela Yu y dijo firmemente:
—Abuela Yu, no te preocupes, pronto recordarás quién eres y recordarás a tu familia... —Mientras pronunciaba estas palabras, el corazón de Gu Qiaoqiao se hundió.
Ella lentamente reprimió los pensamientos tumultuosos dentro de ella.
Quizás, al abrir la Caja del Dragón Misterioso, descubriría el secreto del Abuelo, y entonces todo estaría claro.
Pero el Abuelo ya no estaba aquí...
La Abuela Yu bajó la cabeza, apretando su agarre sobre la muñeca de madera en sus brazos, y murmuró:
—Mi hijo, mi hijo...
Fue en ese momento cuando Zhao Yuxiang empujó la puerta y entró.
Al ver a Gu Qiaoqiao y a Du Shuang, hizo una pausa por un momento, luego sonrió y dijo:
—Me preguntaba por qué había una mujer parada en la puerta de mi casa. ¿Están juntas ustedes dos?
