—¿Crees que este asunto es fácil ahora? —Ning Wanru replicó insatisfecha.
—No es fácil.
—Y otra cosa, ¿y si no saben nada en absoluto? —Ning Wanru añadió con indiferencia.
—Es cierto, podríamos terminar alertándolos prematuramente —Gu Cheng estuvo de acuerdo, asintiendo con la cabeza.
—No puedo ni comenzar a estimar la riqueza de la familia Gu; ante tales riquezas ilimitadas, ¿quién no estaría tentado? —Ning Wanru declaró con calma.
—Mi hijo lo entiende. Por ahora, retendremos nuestras fuerzas. Haré que el mayor los vigile. Si hay alguna irregularidad, podríamos simplemente matarlos a todos y luego discutir —dijo Gu Cheng.
—Esa es la última opción. El viejo podría simplemente morir dormido. Ahora mismo, tu principal prioridad es tomar el control de Yubao Square y la Mina de Jade —aconsejó Ning Wanru.
—Estoy trabajando en ello, pero es difícil. Muchas cosas necesitan el sello del Old Patriarch. Sin él, no podemos mover el gran dinero —respondió Gu Cheng.
