El amo de esa familia era tres años menor que mi padre, un huérfano llamado Kang Shan. El Abuelo Gu, compadeciéndose de él, lo crió y luego le encontró una esposa para empezar una familia.
Aunque no era la gran casa de ladrillo de cinco habitaciones, aún así le construyó a Kang Shan una modesta morada con dos cuartos al frente de muros de ladrillo y uno trasero hecho con adobe.
El Abuelo Gu no era rico, pero había hecho todo lo que la benevolencia y la justicia requerían.
Sin embargo, nunca esperó que esa misma familia se convertiría en el culpable que llevaría a su hermana a la muerte.
Cuando su madre cayó gravemente enferma, Gu Qianqian de alguna manera tomó prestados cinco mil yuanes con préstamos de altos intereses de Kang Shan.
La hermana ingenua incluso puso su huella y firmó su nombre.
Una semana después, su madre, llena de arrepentimiento, falleció en el hospital del condado.
Así que, cuando ella regresó, fue recibida no solo por dos ataúdes sino también por un pagaré.
