Entonces, surgió una niña vestida con ropa de algodón rosa, como una mariposa rosa revoloteando desde la casa de ladrillos rojos.
Como un torbellino rosa, corrió hacia Gu Qiaoqiao y la abrazó fuertemente, exclamando con alegría —Hermana, te he extrañado hasta la muerte...
Esta era su hermana menor, Gu Qianqian.
La carita emocionada de la niña estaba enrojecida, y sus ojos, idénticos a los de Gu Zishu, brillaban con lágrimas.
Las hermanas habían crecido juntas y esta había sido la primera vez que estaban separadas por tanto tiempo.
Luego, una mujer de mediana edad salió apresuradamente de la casa.
Su cabello corto y ordenado, su rostro delicado y sus ojos se veían húmedos bajo la luz del sol.
Detrás de ella seguía un hombre de mediana edad algo demacrado.
Usando gafas, con cejas en forma de espada inclinadas y labios apretados, caminaba a paso constante, pareciendo un maestro escolar de la era de la República de China.