Ava salió de la oficina al final del día, esperando ir al hospital y ver cómo estaba Gianna antes de regresar a casa. Justo cuando llegó al estacionamiento, un grupo de mujeres se abalanzó sobre ella, sus expresiones nubladas de ira.
—¡Tú eres la que intimidó a nuestra reina, Gianna! —una de ellas gritó.
El corazón de Ava se aceleró, el pánico apretando en su pecho. Nunca había visto a estas mujeres antes, pero la hostilidad que irradiaban era aterradora. Estas mujeres parecían ser las locas fans de Gianna, y Ava no tenía idea de quién las había desinformado.
—Debe haber habido algunos malentendidos —intentó explicarse, dando un paso atrás con hesitación mientras ellas se acercaban—. ¡Yo no la intimidé!
—¿De verdad? —otra mujer desdeñó, avanzando con un brillo amenazante en sus ojos—. Te vimos intimidándola a ella y a su novio. Está todo en las redes sociales —agregó, mostrando una grabación de Ava discutiendo con Dylan y abofeteándolo.