—¿Lili? —Dylan exclamó con alarma y desesperación mientras caía de rodillas junto a ella. Sus manos temblaban mientras sostenía su cuerpo inerte en sus brazos. Su cabeza se ladeaba contra su pecho.
—Oye, despierta —Él le dio ligeros golpecitos en las mejillas, esperando alguna respuesta, pero su inmovilidad solo profundizaba su pánico—. Te llevaré al hospital —Levantándose, la cargó en sus brazos.
—¡Muévanse! —les gritó a quienes dudaron en su camino. Sus largos pasos lo llevaron fuera del restaurante y hacia su coche, colocándola cuidadosamente en el asiento trasero. Cerrando de golpe la puerta del coche, Dylan corrió hacia el lado del conductor. Entró de un salto y arrancó, su corazón latiendo con urgencia y miedo. Echó un vistazo al retrovisor y vio la forma inerte de Lilianna.
Se formó un nudo en su garganta, sus manos apretaban el volante con fuerza —Aguanta, Lili. Pronto llegaremos al hospital —Su pie presionó más fuerte el acelerador.