Después de media hora, Max y Eliana estaban sentados uno frente al otro en un restaurante.
—Entonces, ¿de qué querías hablar? —preguntó Max, mirándola con interés lo que causó que la cara de Eliana se enrojeciera ligeramente.
¡Bam!
—Ella golpeó la mesa entre ellos y dijo enojada. —¿Podrías dejar de mirarme así?
—¿A qué te refieres? Te estoy mirando normalmente —Max levantó las cejas.
Todavía no podía entender por qué reaccionaba tan exageradamente cuando estaba frente a él.
—¿La he ofendido de alguna manera antes? —No podía evitar pensar así. Sin embargo, sabía que nunca la había visto antes del pequeño episodio con Karon frente a la puerta de su dormitorio.
—Yo... —Eliana se quedó sin palabras. Tenía razón. Él la estaba mirando con una mirada normal. —Parece que estoy exagerando.
Tomó unas cuantas respiraciones antes de decir:
—Me disculpo por eso.