Damien asintió antes de explicar brevemente lo que había ocurrido en los últimos meses. No omitió ningún detalle, incluida la llegada del Dios Demonio y la Voz Verdadera.
Pero solo rozó lo que sucedió dentro de su mundo mental, mencionando solo que alguna fuerza externa lo ayudó a recuperarse.
—Así que fue así... —Lucius asintió. Para ser franco, estaba sorprendido de cómo un joven como Damien podría involucrarse en cosas tan complicadas.
Cuando él tenía esa edad, todavía estaba entrenando en su ciudad natal, intentando subir de nivel matando a los monstruos de los alrededores. Ni siquiera había pensado en aventurarse como lo estaba haciendo Damien, y en volverse tan fuerte en tan poco tiempo.
Cuando se comparaba a sí mismo con Damien cuando tenían una edad similar, no podía evitar sentirse un poco avergonzado. Pero no dejó que esta vergüenza durara mucho.