—Qué templo tan dominante", murmuró Damien mientras observaba el Sitio de Herencia frente a él.
El templo no parecía grande desde el exterior, con una estatura que encajaría en cualquier templo normal que se vería en el mundo exterior. El material utilizado para construirlo no pudo ser identificado, pero claramente se había desgastado con el tiempo. No tenía ningún brillo o lustre como debería tenerlo.
En general, el templo parecía deteriorado, pero esas dos masivas puertas de piedra que significaban su entrada seguían siendo tan majestuosas como siempre. En esas puertas, había grabados en un lenguaje que Damien no entendía, pero parecían contener un aura profunda que no podía ser ocultada.
—Pero incluso con esos caracteres, si no fuera por el aura que este templo está irradiando, probablemente ni siquiera lo consideraría como un sitio de herencia.—pensó.
El aura de antigüedad y desolación ya había corroído un radio de 10 kilómetros alrededor del templo, y seguía extendiéndose.
