—Ugh…
Una tenue luz azul brillaba a través de los párpados de Damien y obligaba a su conciencia a despertar. Poco a poco, sus ojos lograban abrirse con brillo.
—¿Dónde estoy?
Lo último que recordaba era intentar escapar de Acier con Feng Qing'er y Qing Tan, pero ahora estaba en un espacio misterioso que ni siquiera parecía parte del Mundo de Prueba.
Actualmente estaba dentro de un resplandeciente aguilucho azul con forma de balón de fútbol. El espacio a su alrededor estaba completamente oscuro, como un mar de vacío. A lo lejos, podía ver muchas islas flotantes que parecían trozos rotos de tierra flotando en el vacío.
«¿He muerto?», fue el primer pensamiento que le vino a la cabeza. Recordaba claramente cómo su vitalidad había abandonado su cuerpo y cómo su mente estaba al borde del colapso. No sería demasiado sorprendente si hubiese muerto.
«No, eso es imposible. Me niego a aceptarlo.»