—¡Zum!
Los vientos se agitaron en un frenesí mientras tres figuras eran lanzadas hacia atrás al mismo tiempo, dejando sus palanquines y aumentando la distancia con Damien.
Solo detuvieron su retirada después de reagruparse con su camarada, que había sido expulsado durante el impacto anterior.
—¡Vaya! Los cuatro actuando juntos, ¿eh? Muy desvergonzado de su parte, si me lo permiten decir —Damien se burló con una sonrisa.
—Hmph. Si piensas que una provocación tan vulgar puede incitarnos, entonces debes carecer de cerebro. ¿No te diste cuenta que esa estrategia no funcionaría cuando limpiabas las hormigas antes? —uno de los Generales Demonio se mofó.
—¡Eh! ¡No las llames hormigas! ¡Las hormigas también tienen sentimientos!
Pero todo lo que obtuvo en respuesta fueron palabras más burlonas. Leves signos de una vena a punto de estallar en su frente emergieron en su cara.
