—Una densa intención de matar fluyó a través del ambiente mientras Damien y el líder de la tribu se miraban fijamente.
Echando un rápido vistazo a Ruyue, la vio asintiendo hacia él. Entendía claramente sus intenciones.
—Yo me encargo del jefe, tú acabas con los secuaces —pensó.
Pasando su mirada por la escena frente a ella, vio a diez leopardos de nieve de tercera clase devolviéndole la mirada. Al ver esto, frunció los labios.
—Este tipo realmente me está haciendo todo el trabajo duro —murmuró.
Aún así, sacudió la cabeza con una sonrisa y se preparó para el combate.
En el siguiente instante, estruendosos bum resonaron en los alrededores mientras Damien y el líder de la tribu se lanzaban el uno hacia el otro a toda velocidad.
Bang!
Las afiladas garras del líder de la tribu se toparon con el puño extendido de Damien, haciendo que la tierra a su alrededor se agrietara y se desmoronara. Ríos de maná brotaron y chocaron junto con el impacto, haciendo que ambos salieran despedidos.
