Montañas imponentes rompían las nubes y amenazaban con desafiar incluso a los cielos con su anchura. Solo se podían ver 5 montañas de las 50 totales en ese momento, pero cualquiera de esas 5 podría considerarse sin rival en el mundo exterior.
Cada montaña parecía llevar consigo su propio hábitat y ecosistema, variando completamente dependiendo de la ubicación. Algunas áreas eran desiertos abrasadores, mientras que otras eran tundras enfurecidas. Todo parecía impredecible, pero tenía un cierto equilibrio que solo podía ser admirado.
Hermosos árboles con troncos más gruesos que el ancho combinado de varios hombres se erguían orgullosos entre el paisaje eterno, irradiando un aura de antigüedad y sabiduría.
El suelo estaba cubierto de variada flora, que iba desde hermosas flores iridiscentes hasta las hierbas más comunes, pero por alguna razón, incluso estas parecían llevar una presencia significativa.
