—T-tú…
Ella miró a Damien incrédula, intentando pronunciar las palabras. '¿Los mataste a todos?'
Quería decirlo, pero las palabras se atascaron en su garganta. La ira comenzó a burbujear en su interior.
Ella sabía que Damien tenía una bestia dentro de él, algo que no podía controlar. Lo había visto ella misma cuando fueron sometidos a la supresión de aura de Tian Yang.
Pero, pensar que llegaría tan lejos.
—…!
Su ira alcanzó su cima y no pudo soportarlo más. Llamas azuladas blancas brotaron de sus manos y envolvieron todo su cuerpo.
—¡Suéltala... SUELTA A ELLA! —gritó furiosa, lanzando una masiva ola de llamas hacia Damien. Pero no se detuvo ahí. Espadas de llamas como la que había utilizado antes y lotos explosivos con todos sus 13 pétalos fueron arrojados hacia su posición.
Pero a pesar del torbellino de ataques que se dirigían hacia él, Damien no se movía. Un extraño poder salió de su cuerpo, causando leves ondulaciones en el espacio.