—Ya es demasiado tarde.
Las palabras resonaban en su mente continuamente, impidiéndole pensar en otra cosa. ¿Demasiado tarde? ¿Demasiado tarde para qué?
Las palabras hicieron que Ruyue se diera dolorosamente cuenta de que había cometido un error en algún momento, pero no podía averiguar cuándo había sido exactamente.
—¿Qué me está pasando?
Desde que llegó a este bosque, se había sentido como si no fuera ella misma. Aun así, continuó porque disfrutaba de la sensación que le provocaba.
Libre y sin ataduras.
Pero se dio cuenta de que estaba equivocada.
—Tengo que llegar al pueblo.
Era la única solución que se le ocurría. Ese era el lugar que había elegido proteger en primer lugar, así que si había algún lugar donde estar mientras intentaba averiguar en qué trampa había caído, era ese.