—¿Eh? —exclamaron sorprendidos Damien y Long Chen. No habían pasado el último examen puesto que habían caído inconscientes antes de salir del bosque, ¿pero aún así ganaron entrada a la secta?
—¿Pensaron que permitiríamos que talentos como ustedes fracasaran? —rió entre dientes el anciano—. Ambos ya habían pasado el examen después de que terminara la primera prueba. El resto era simplemente para aparentar.
Ahora que había vuelto en sí, Damien notó algo que había pasado por alto anteriormente. —¡Tú! ¡Eres esa voz de antes!
—¿Finalmente me reconociste? —sonrió con astucia el anciano—. Permíteme presentarme. Mi nombre es Tian Yang, y soy el Gran Anciano de esta distinguida secta.
Los dos hombres quedaron nuevamente estupefactos en silencio. ¿El Gran Anciano? Un personaje de tal estatus solo estaba por debajo del Maestro de la Secta, ¿y estaba aquí ocupándose de ellos?
