Mientras tanto, en la oscuridad, Damien estaba sentado inmóvil, con los ojos cerrados. Todos sus sentidos estaban desconectados del mundo exterior mientras su mente era transportada a otro lugar.
Cuando abrió los ojos, Damien seguía en la oscuridad, pero algo se sentía diferente. La oscuridad de la sala de pruebas era solo eso, oscura. Sin embargo, esta oscuridad era mucho más abismal.
Damien no se movió. No tenía idea de dónde estaba y su mente aún estaba concentrada en la sensación que le habían provocado las palabras que oyó antes. Incluso en este espacio abismal, se concentró en comprender esas palabras.
—Ley de la Espada del Corazón Vacío.
No sabía qué significaba, pero su nombre era lo suficientemente imponente como para dejar una gran primera impresión. Hizo todo lo posible por ahondar en los misterios de esta ley de la espada, pero cada percepción que tenía era fugaz.
