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El hombre que avanzó tenía el cabello negro, suelto hasta los hombros, y unos ojos que parecían un abismo profundo. En el segundo en que hizo su presencia conocida, la atención de todos en la sala se trasladó hacia él.
No era solo su apariencia, sino que su aura natural era noble y heroica, exigiendo el respeto de quienes lo miraban. Al observar a este hombre, Damien solo sintió una cosa.
—Fuerte.
No era la misma fuerza indomable que había sentido de aquellos muy por encima de él, sino una fuerza que igualaba la suya aunque estuvieran al mismo nivel.
Este era un logro genuino, ya que no había muchos que pudieran seguirle el ritmo. Aquellos con los que usualmente luchaba en igualdad de condiciones estaban muy por encima de él en términos de nivel.
Cuando llamaron a Long Chen, no vaciló como los demás. En su lugar, ingresó calmada e indiferentemente al lago y dio sus primeros pasos.
10 pasos… 30 pasos… 50 pasos
