Cuando Rosa abrió los ojos, se encontró en un espacio lleno de color blanco. No había nada más en su entorno.
Sin embargo, no prestó atención a esto. Tenía un único propósito en ese momento, que era encontrar a Damien.
—¡Damien! —gritó, intentando obtener una reacción. Pero todo fue en vano. Después de todo, Damien ni siquiera estaba en el mismo espacio que ella. Sin otras opciones, Rosa intentó moverse a través del espacio y buscar.
Fue solo entonces cuando se dio cuenta de que no tenía control consciente sobre sus movimientos. Su cuerpo estaba atascado en el lugar, aparentemente forzado allí por alguna fuerza que no podía entender.
De repente, la extensión blanca comenzó a desplegarse como una caja. Primero vino el espacio sobre ella, luego los tres lados. La apariencia misma de la caja confundió a Rosa, ya que parecía que se expandía tanto como su ojo podía ver. Sin embargo, a solo unos kilómetros de distancia, había paredes.