—¿Damien? ¡Despierta, Damien!
En una pequeña habitación llena de varios pósters de su anime y manga favoritos, un frágil adolescente abrió los ojos.
—¿Eh? ¿Dónde estoy? —sus pensamientos estaban revueltos mientras luchaba por ordenar sus recuerdos.
De repente, la puerta de su habitación se abrió de golpe. Entró una hermosa mujer de mediana edad con profundos ojos de amatista. —¡Damien Void! Si no te despiertas y comienzas a prepararte en los próximos 5 minutos, ¡verás cómo me encargo de ti!
—¡S-sí, mamá! —el chico respondió apresuradamente mientras saltaba de la cama, solo para darse cuenta de que en ese momento solo llevaba puesta su ropa interior. Sonrojándose ligeramente, se cubrió el cuerpo.
Al ver sus acciones, su madre soltó una pequeña risita. —Niño pequeño, si sigues actuando tan femeninamente, tendré que asegurarme de que realmente eres mi hijo en lugar de mi hija.