—Una botella, dos botellas, tres botellas… —Tang Hao contaba las botellas de té herbal para perder peso que estaban alineadas en la mesa. Había veinte botellas en total.
—Veinte botellas. ¡Eso es todo lo que tengo! —murmuró Tang Hao y luego empacó las botellas de té para perder peso en su mochila. Si se vendían a seis mil yuanes por botella, estaba mirando a ciento veinte mil yuanes.
—Y esta otra poción. Una botella, dos... ocho botellas, eso es suficiente —también empacó la otra poción en su mochila.
La última era la crema de realce de belleza. Había diez cajas en total.
Su mochila estaba abultada después de empacar todas las pociones. Con cuidado se colgó la mochila y salió de la casa. En la ciudad, compró otra motocicleta de tres ruedas y fichó para trabajar.
Ya era mediodía cuando llegó a Jardines del Cielo Azul.
—¡Lil Tang! Por fin llegaste —Presidente Biao estaba parado frente al Número de Casa 18. Gritó emocionado al ver llegar a Tang Hao.