Tang Hao frunció el ceño y su rostro se oscureció.
Zhang Tianhao fue el culpable del incidente que resultó en su expulsión de la escuela. Pelear en la escuela no suele resultar en expulsión, así que debe haber hecho algo a sus espaldas.
Tang Hao no puede perdonar ese rencor.
No resentía que su novia fuera arrebatada por él. Este mundo era materialista, y él solo podía culparse a sí mismo por ser pobre.
Su mirada se desplazó hacia la hermosa chica que estaba junto a Zhang Tianhao.
Recuerdos del pasado lo inundaron como la marea entrante. En ese momento estaba desconectado de la realidad. Su rostro se mostró amargo por un momento, luego inmediatamente se volvió frío y distante.
Ambos solían estar íntimamente cerca el uno del otro, pero ahora eran meros extraños.
—¡Oye! ¡Deja de ocupar espacio en la tienda! Tengo clientes de verdad aquí —la vendedora miró a Tang Hao con disgusto mientras le gritaba.